con nuestra beneficencia para la empresa , cuenta coi nuestro amor , con nuestros pechos , con los puros vot ti* un pueblo resuelto, si es menester, i no verle con t>| que venga á reynar «obre sus escombros. Tú no le conocei del todo, porque quando desplegó su carácter te ocu. pabas en inflamar el de tus valientes aragoneses; mas vo' te le describiré brevemente por sus hechos en otra carta; y mientras discurro el corto plazo que necesito para ello , traenos, te repite por mi pequeña, pero bien inflamada boca, el pueblo de Madrid, traenos ilustre campeón, según tus bien aceptadas prometas, a nuestro adorable FERNANDO, y reynarás eternamente conél sobre la gratitud de nuestros pechos. El Madrileño., JLeimprest en Buenos- Ayres: Imprenta de Niños Expóistos, Año de 1809. FALTAS V SOBRAS DE hA ESPAÑA. ílfftre tos amibos que forman mí pequeña sociedad, y* con quienes paso muy gustoso los ratos que mis ocu- paciones me permiten, talando y rajando las mas veceg $in conocimiento , sobre quantas noticias políticas, mili tares ó literarias llegan á nuestros oiios , se cuentan dos' cuyo espirita de oposición entre sí nos entretiene y di-' vierte muchas veces: ellos se estiman y quieren verdade-1 ramente, y casi nunca están separados; pero jamas están acordes en el modo de pensar , sin que esté en su mano el poderse convenir, pues principalmente uno de ellos que es de genio mas festivo y alegre, apenas oye hablar al otro , en el momento se pone de la opinión con- traria. Un día , pues , que después del café trataba yo con el mas serio sobre lo critico de las circunstancias actuales/ vino í recaer nuestra conversación sobre la influencia, que tendría en nuestra tranquilidad la presencia de nues- tro Augusto Soberano , y después de exponer mis razo- nes, exclamé con el mayor sentimiento, pero nos falta Fernando Z7//, y mi amigo, igualmente penetrado que yo,' rae contestó con un suspiro ; mucho falta en España ~ Mu- cho sobra en España, y no se de lo que se trata , fueron 'as buenas tardes que nos dió el otro amigo, que entran- do á este tiempo oyó la exclamación de su antagonista: mucho sobra , vuelvo 2 decir, y si no vamos á razones. Pero sin ?aber de lo que se trata, le dixe un poco amos- tizado, ¿á qué viene esa oposición tan intempestiva? Bl S»cñor y yo tratábamos de que falta en España:: : y yo digo que sobra , aunque no sea mas que por llevar la contraria, y para que se vea que no lo digo á bulto , diga el Señor lo que falta, yo diré lo que sobra, y Vmd, resolveráquien debe llevar el gato al afxia. Aunque 1? ptoposicia* que Vd. me ha oido no tiene que ver con ía interpretación que la da , replicó el otro , no excuso el desafio , y desde luego me comprometo en la decisión del amo de casa. Yo Señores oiré á Vmds. con gusto, contesté , pero a ío Haas que me ofrezco es a ilustrar alguna ¿>txs proposición que me parezca obscura, que lo que es dar un ¿alio coa autoridad de arbitro arbitrador y amigable componedor es,empresa superior á mis. fuerzas: veamos pues Stñorer como Vmds. se tiran los bonetes, guardando Al debido respeto á la Religión y potestades; que nos gobiernan. Empiece Vmd. Falta. En nuestra España un Bey sabio, benéfico , g¿n¿. raso y amado de sus .vasallos, en una palabra. Fernando fjf¥ Jalea dolor osa y sensible hasta el último grado, pues ignorando el atad» en que la tiranía puvde tenerle, constituido ,- sus vasa- llos gimen tn el mayar desconsuelo: Sobra. En nuestra España un Rey intruso'% ebri&\ volup- tuoso , detestable * aborrecido de todos % ¿n una palabra Jos;f í% de la raza Bonapartina. F. Una horca constantemente puesta, en el par age mas pu- blico de cada capital, para premiar en ella la constancia di muchas Españoles , que aun viendo palpablemente la mala cor- respondencia que deben esperar de tos franceses, se empeñan en' amarlos y seguir sus máximas, trages y costumbres. S. La inmensa multitud que debía ocupar esa barca. El amo. Convengamos, Señores , que aunque el deseo de Vmds. sea muy laudable de purgar á la España de estos miembros cancerados, no es tan practicable como se piensa : nuestro Gobierno tiene el mismo deseo , f no' omite fc.t¡£a , ni perdona diligencia para sofocar esta zi- zaña , antes de que perjudique al trigo de la Lealtad y pa- triotismo. Adelante. F Vestuario para las tropas q'uc ofrecen' su pecho i 1* d finsa de nuestra Religión,. ée nuestra independencia y nuestns p'^f'i. dades. c. tu*o f profesión tu nuettrasf petimetres y ianátelé^ dominados de la mas abominable, indiferencia , lo mismo le4 partan las Huesas prosperes, que les adversos de nuestras t«js, y incapaces de dolerse de las fatigas y necesidades ¡ ¡nfcHz soldado. p. Un numeré ereeido de caballos y muías en nuestro* tratos, para kx usas precisas de la campaña. S. Un numero mucha mas crecido de uno y otro en las a, paseos y caballerizas jue solo sirven para fomentar la. ,'ltroneria , fausto y obstentaciem de sus dueños, ocupar en cuidado una porción considerable de individuos útiles á las podas actuales dé la Nación, y consumir" inútilmente utí ÍlSSO. El amo. Ño llevemos las cosas con tanto rigor, que james-ub sacrificio sin limites de nuestros conoiudada- ot: es cierto que la causa es digna de eso y de mucho -; pero no loes menos, que rodos*, y principalmente personas visibles, se han esforzado y esfuerzan ta los onativos aun mas de lo que permiten sus facultades, y atenuación en que les han dexado los franceses: asi es u¿ esa quadra ó caballeriza donde Vmd. se figura ver to ganado de sobra, está ya acaso reducida por ios onativos á una quarta ó quinta parte de lo que acos- mbraba tener; y los criados que asisten en ¿lia no de- n de estar por eso a las ordenes del Gobierno con ex* itsa voluntad de sus amos. Quede pues con todo su vi* r y fuerza la proposición de Vmd. para con aquellos, « por ambición o indolencia cierran con candados do- les su voluntad' a las necesidades dé la patria; pero ce- rremos el patriotismo de los que se han desprendido de do lo superfluo , y están prontos a desprenderse hasta tío necesario: prosiga Vmd. P. Locución digna y voces adequadas para manifestar J: mtátk Inglesa la eterna gratitud, que la debe la España W .;2í generosidad. amor y desinterés. $• El JIuxo de hablar y las convenacioñzs infu-ndton que Ja multitud de necios critica Ja conduela secreta J( nuestro sábio Gobierno, F. Un sabio Escritor Poeta 6 Prosaico , que á nombrt it toda Ja hadan forme un escrito cantando Jas glorias de la k glaterra , en haber contribuido A nuestro ensalzamiento y p¿rl Madera regeneración con sus oportunos socorros. S, Una incalculable multitud de escritores famílicos («. tre los quales me cuento) que embarramos sin cesar resma¡ ¡jt papel en copiarnos unos d otros, en publicar noticias apjcrif¿¡ y presentar conceptos insípidos. F. Hacer un juramento solemne por todos los Española de no tener jamas trato , comunicación ni alianza con la familia de Napoleón , antes bien detestar Los y abominarlos cerno corrup- tores y homicidas de nuestra E