8 trígona , en cuyas ¡nmcdínclonrs y campos cogieron los Romanos laureles por su virtud que por sus armas. Presentáronle á Scipion sus soldados una joven de tan rara belleza, por donde quiera que pasaba , se lloraba tras sí los ojos y bendiciones , todos. Supo de ella que era doncella , y tratada de casar con un Princi^ d< Celtiberia llamado Alucio, y que le tenia un extraordinario amor. \\¡h dolé llamar, y entre otras cotas le divo a presencia de su ejercito: ~A yo me dexasc llorar de mi juventud , y quisiese gozar con un legitimo j casto vinculo de esta joven , debería disimulárseme por un excoso de amor- fu esposa ha oseado on mi casa en esta ciudad de Cartagena con el misj, decoro que en la de sus padres; pidote por recompensa , seas amigo ii Pueblo Romano; y sábete, que hay al I i muchos jóvenes que piensan com, yo." Dióle Alucio las gracias, y á poco tiempo volvió con los padres 1 la doncella con gran suma de oro , y otras alhajas de gran valor, pm Scipion no las quiso recibir, y volviéndose al Principe le dixo : ,, toma s« ríqu< »as, yo te las doy , y sea en sohre dote al que tus suegros le han itm á tu esposa." Compare vm. señor Monti , compare vm. esta conducta c* H que han observado dentro de la minina España (como llevo ya anunciado! l<»s generales de Napoleón. Vea vm. con qué decoro han tratado al belli sexo ; y con que generosidad han p isado sobro el oro y las riquezas. Avergüéncese* la gran Nación de oir estos nobles csemplos : con fundan» los exercitos que en el dia nos roban , nos saquean, nos deshonran, al considerar , que donde quiera que han puesto el pie , han asolado en ai m0ménto quanto la naturaleza crió en un siglo. Ciudade» enteras, querrá la riqueza del Estado , ya no existen: villas y pueblos abundantes, ya n« lo serán jamas .• comercio , agricultura y artes , se rompió vuestra bal ana Monstruo de Badajoz , mira lo que has hecho ; tigre del Norte, miran fsla desolación la combinación de tus planes : Duque de Berg, sijtie I* ideas de Lafayete: gceeral Dupont, executa las sentencias que te dicií Santerre. Lágrimas, sangre, ruinas, escombros, cenizas, son los resul'i dos que debemos á vuestra amistad. Habéis saciado vuestras pasiones, ha. beis consumado vuestros crímenes : nos habéis engañado : habéis encendidi el fuego de la discordia. Pero Dios os justo, y no descansarán en paz »uc. tras conizas: ninguna de vuestras empresas tendrá buen tin ; todos se apre. «oraran á desbaratar vuestros proyectos. El malvado cae , quando mero» lo piensa, en. los lazos que arma á los deiaas. Aquel Señor , en cuyas m nos están las suertes de los Reyes, y que no salva á los exercitos por I» multitud de su caballería, borrará vuestra memoria , y la de vuestro or- gulloso Emperador , como borró la de Amalee sobre la tierra. Sírvase vm. señor Abate , disimular el que no le haya remitido otras no. ticias , porque, ja ve que todo no puede ir en una Carta: sigamos la c» respondeocia,; veamos lo que vm. escribe , que yo le diré lo que pasa, entre tanto es de vm. y le besa su mano. J. M. G. habitador del desierto. REIMPRESO EN BUENOS-AYRES i Eb la Imprenta de los Niños Expósitos, año de 1809. \j? C\<\>\ eVu.o . AZETA extraordinaria ©]E SEVIIXA DEL MIERCOLES 4 DE ENERO DE 1809. UN gozaba Sevilla la serena alegría de tener en seno el Gobierno supremo de la nación : aun no vidaba el fatal destino que le proporcionó* tamaña rtura; ni la gloria de haber dado á España deso- da un asilo seguro y fraternal; quando e! Angel la muerte plugo turbar su tranquilídad , y al des- rtar el Viernes 30 de Diciembre le arrebató para mpre al Serenísimo Sr. D. Josef Mohíno , conde Florida blanca , y presidente del mas sagrado congre* , que organizó la nación para su gobierno y de- nsa, en los días de su horfandad. Al punto los Ipes paulados de la campana y el estruendo del ñon derramaron en el pueblo una sombría curio- »d , á que siguió el silencio de los sepulcros y la internación. Motivos tiene Sevilla para sentir la ta de su augusta persona, pues en los pocos días e vivió en ella manifestó su predilección i un •b o que por tantos títulos había merecido el °r y cotfi.nza de sus Monarcas. No tardó mucho que las demás campanas de la ciudad corte pon* •*« á la señal íú -.chre de la matr z ; y aquella tar- >odat ¡as parroquias y comunidades asistieron 4la Catedral á cantar la Vigilia del descanso eten^ que imploraban por quien hasta sus últimos instan, tes había trabajado por la patria. Después iban } J tonar sus preces y cánticos funerales ante el cadáv^ que estaba en el principal salón del real Alcíz» que llaman de Embaxadóres , á donde se expuso, público con toda la pompa de la magestad , rodean, do su féretro los guardias de la patria y los alabarde- ros que por entonces se hallaron en Sevilla, El clero de esta y sus comunidades volvieron í la Catedral la mañana del 31 á cantar la misa dt cuerpo presente , y á hora proporcionada se dio principio á la pompa funeral, que abría un tren ét artillería volante y algunas compañías de infanteril de los cuerpos que había en la ciudad. Las cruc parroquiales acompañaban á la de la matriz; las re ligiones y clero , y la Universidad de beneficiad propios de Sevilla precedían al ilustrisimo Cabil eclesiástico, del que hacia cabeza vestido de ponti fical el Excmo. Sr. arzobispo de Laodicea , Coadmi nistrador de este arzobispado , é individuo de la Se prema junta Central, en representación de la t Sevilla. El cadáver descubierto, y con la ostentado de un infante de Castilla, era conducido en un mag nirico féretro por los guardias de la patria, y I mismos llevaban detras el ataúd, que había de coa servar sus cenizas. Otros del propio cuerpo taima ban la guardia inmediata de honor , ademas de I alabarderos , y quatro diputados de la Suprema Ju ta Central acompañaban con inmediación al cadáve La Junta Suprema de Sevilla presidida del Excm Sr. P. Mro. Manuel ¿Gil-, su vicepresidente , 1 Excmos. Sres. Ministros,fjr la Central Suprema,c el embaxador de S. M. británica formaban el acó pañamiento luctuoso, que presidia el Excmo. Sr. co e de Altamira , vicepresidente de la Junta dé lo» eynos. En este orden , entrando por la principal u:ita de nuestra Catedral., se dirigieron al crucero* n donde estaba dispuesta la colocación del cadáver on toda ¡a magnificencia que acostumbra este ilus- rin'mo Cabildo. Ya de antemano esperaban en sus especiivos asientos , el Excmo. Ayuntamiento con odos sus individuos, el Real Acuerdo con sus de- endientes y el tribunal de la Inquisición, que de ntiguo goza el privilegio de colocarse en la capilla ayor, asi como Sevilla el de sentarse á la derecha el crucero : el Acuerdo ocupó la izquierda ; y a Junta de Sevilla presidida de S. M. la -Central uprema , tenia su asiento en la testera. Celebrada la misa por el Excmo. Sr. Coadmiríis- rador, dixo la oración fúnebre el R P. Fr. josef del Castillo, lector de teolcgia en su convento de an Francisco, y cantados los cinco responsos de es- tilo, que ofician quatro Dignidades con paramentos episcopales y el Prelado, se conduxo al cadáver con el mismo acompañamiento á la real capilla de S Fer- rando donde se le dió sepultura, entre el estruendo de las descargas, y el rumor reverente de este leal pueb'o. El Excmo. Cabildo y Regimiento de esta Cuidad pasó sin dilación á cumplimentar á S. M. la Junta Suprema Central , cuyos individuos son los mejores testigos de las virtudes morales f civiles de su com- pañero el Serenísimo Sr. conde de Fioridablanca, a quien Sevilla por su huésped benemérito , y Murcia por su hijo dignísimo honrarán perpetuamente con merecidas lagrimas. Con fecha del 30 de Diciembre próximo pasa- do. el Excmo. Cabildo y Regimiento de esta M. y M. L. Ciudad de Sevilla publicó bando, enque hacia saber i todos sus dignes vecinos, y f],, les habitantes de qualquier calidad , gerarquia ó condición que fuesen , el haber fallecido en el mif. mo dia el Serenísimo Señor conde de Fíoridablan. ca , presidente que había sido de la Suprema Junta Central gubernativa del Reyno, residente en estaca, pital en cuya virtud, y puntual cumplimiento de li k ai orden que á dicho objeto se le había comuni. cado , mandó que desde el dia siguiente todos v¡¡, tiesen lutos rigorosos, por nueve días consecutivos en demostración de sentimiento general , y segur, por todos títulos corresponde á los singulares meri tos, y recomendabas virtudes del expresado Serení, simo Sr. Presidente, Esta Junta Suprema con fecha del 30 del qui corre ha mandado publicar el edicto siguiente := Bl Sr. Don Antonio Cornel , ministro de la guerra, en papel de 28 del corriente dice á esta Suprema Junti lo que sigue* „ Excmo. Señor Bl Rey nuestro Sr. D. Fernán* do VII, y en su Rea! nombre la Junta Central Su* prema gubernativa de! Reyno, se ha servido resolver que se corte absolutamente toda correspondencia con Madrid , por estar ocupado y dominado por el enemigo. De érden de su S. M lo comunico á V. R. para su gobierno y cumplimiento.1* Y para que tenga el debido cnmplimiento se hace saber al publico de orden de esta Suprema Junta. Keal Palacio del Alcázar de Sevilla 3) de Diciembre de i8u8.-= Juan Bautista Estelier , Secretario i,° Reimpreso en Buenos Ayret: imprenta de Niños Expóistou Año de 1809. I GLORIAS DE ANDALUCIA, ht y en ella de toda la nación. ^/Víídaluces , invictos Andaluces , levantad con denue- do vuestra vos para publicar al universo entero vuestras virtudes, vuestra libertad, y vuestras visorias, j Dias memorables de últimos de Mayo , con que agraciable as- pecto os presentáis i mi imaginación acalorada! Vosotros fuisteis testigos de la gloriosa resolución de las Andalu- cía»: sacudamos el yugo opresor , proclamemos á nuestro Fer- nando, y juremos morir antes que ser vencidos he aqui la voz que unánimemente resonaba en la Bética : pero jah! en el momento de prorrumpir en estos gritos , volvíamos el rostro hacia las gargantas de nuestra Provincia , y ya veíamos que en ellas se señoreaban las águilas francesas. ; Como era posible buscar armas, disciplinar soldados, organizar en fin un exército al frente de 18 mil com- batientes que espiaban nuestras operaciones , y amenaza- ban nuestros movimientos ? En esta situación el valor parecía luchar con la desconfianza , y los ánimos anda- luces vacilar entre la esclavitud y la muerte: pero no temáis , dentro de nuestras Ciudades se reúnen al mo- mento zelosos Magistrados . cuyas providencias deten- drán á ese orgulloso enemigo; Castaños, Esca'ante, Re- ding, Coupigni , Lapeña y otros invencibles guerreros, vuelan á presidir nuestros exércitos , y la victoria cami- na delante sus pasos. En hora buena que ese altivo ene- migo consiga con una pérdida considerable de sus tro- pas, adelantar el camímo de su usurpación, y se intro- duzca en Córdoba, que robe, que cometa sacrilegios, que derrame vilmente la noble sangre andaluza ; sus crí- menes irritarán mas la cólera del Dios de las venganzas, y su irresistible brazo protegerá nuestra justa causa. En hora buena que el pérfido Diipont , valido de la trai- ción de q.iien no merecía el nombre de hspañol, con- »¡ga introducir refjer^os para su exército ; estos nuevos toldados aumentarán el número de los vencidos. En ho-