y ahora es preciso que rija la imperiosa ley de la necesidi], El carácter nacional no permite usar con los franceses mas que de esta ley , y no de la de represalias. V. E. m: cbüga á expresar verdades que deben serle amargas. ¿QU; derecho tiene á exigir cumplimientos imposibles de una capitulación , un exercito que ha entrado en España p¡j. blicando intima alianza y unión , ha aprisionado nuestro Rey y su Real familia, saqueado sus palacios, asesinado y robado sus vasallos, destruido sus pueblos y quitádole su corona? Si V. E. no quiere atraerse mas y mas la justa indignación de los pueblos, que tanto trabajo por repri» mir, dexese dd semejantes into'erables alegatos, y procure por su conduela y conformidad mitigar la viva sensación de los horrores que recientemente ha cometido en Cordo> ba. Crea V. E. bien seguramente , que mi objeto, hacien. dolé esta aivertsr.cia , no es otro que su propio bien: el vu'go irreflexivo solo piensa en pagar el mal con el mal, sin apreciar las circunstancias; y yo no puedo dexar de hacer responsable á V. E. de los resultados funestos que pueda tener su repugnancia a lo que no puede dexar de ser. Las disposiciones dadas por mí á D. Juan Creagh, jr comunicadas á V. E. son las mismas de la Junta Suprema; y ademas son indispensables en las circunstancias: el re- tardar su execucion alarma los pueblos, y atrae inconve- nientes: ya el expresado Creagh me dá parte de un acci- dente que me entra en sumo cuidado. ;Qaé estímulo para el populacho saber que un so'o soldado llevaba des mil ciento y ochenta libras tornesas? Es quanto tengo que responder al oficio de V. E., y es- pero que ésta tea mi ultima contestación a cercl da estol puntos. Quedando de otra parte deseoso ds comp acería pues es su afielo y seguro servidor Q. S. M. B. Cádiz 10 de Agosto de 18-8. Reimpreso en Buenos Ayts Imprenta de Niños Expósitos. GA ZETA DE MADRID del 26 de Agosto de 1808. EN T HA DA TRIUNFANTE PEL GENERAL CASTAÑOS Y SU EXERCITO en Madrid» El' dia 23 á las 9 de la mañana entró en esta corte el erpo de reserva del exército de Andalucía con su Co- andante el Excmo. Sr. D. Manuel de la Pena , y los aríscales de campo D. Narciso Depedro Marques de telo, y D. Joseph Agusto Laporta destinados á ella , y su frente el Capitán General de aquel exercito el Excmo. . D. Francisco Xavier Castaños. No es posible expli- r con palabras la celebridad de la entrada de estas opas tan grande y tan colmada. En vano apuraremos expresiones con que se puede pintar el júbilo , la ale- la, la admiración y el reconocimiento, porque todas rian pocas, baxas y mezquinas para dar alguna idea nque pequeña de los diversos aféelos que unidamente perimentaba el pueblo de Madrid. Y por esto, y por ofender la excesiva modestia del Sr. Castaños nos re- ciremos a la sencilla relación del modo con que en- ron sus tropas. Las del exercito de Valencia y Mur- con su insigne general el Excmo. Sr. D. Pedro Gon- lez de Llamas se apostaron en el paseo del Prado para erar y recibir a sus caros hermanos, hijos de la ma- e España , los aguerridos soldados del exercito de An- lucia. Entretanto que estos llegaban, el inmenso pue* 1 grandes, medianos y pequeños que habian acudido celebrar tan dichoso dia , se complacían en revistar "ellas tropas, que pocos días antes habian causado su ■ración y aclamaciones, que en este acto fueron re« >^as. Llega por fin á la puerta de Atocha el Sr. Cas-taños, acompañado del Excmo. Sr. D. Andrés Miñano, vocat de la suprema junta de Sevilla , del mariscal de campo D. Tomas Moreno, primer ayudante general del exercito, de los demás oficiales de su estado mayor, y de un amigo verdadero y leal de la nación española, de! noble y generoso ingles el coronel Witingan; y sin que fuesen bastantes para detener al Sr. general las aclamacio- nes y los impacientes deseos de la multitud que anhelaba verle, se dirige al santuario de Nra. Sra. de Atocha, y con aquella humildad heroyca con que se postro en Se. villa ante el sepulcro de nuestro Santo Rey Fernando III y le ofreció y presentó la corona del glorioso triunfo de Bailen, se humilló a los pies de aquella sagrada ima- gen , y le hizo una devota y fervorosa oración, Concluí- da esta , vuelve á incorporarse con sus tropas y comien- zan á marchar, y de repente se pobló el ayre del et- truendo y ruido del canon, del penetrante sonido de lai campanas, déla magestuosa armonia de las músicas mi* litares, y de los confusos ecos de las voces y gritería del pueblo, que como iban pasando el general, los co mandantes, los xefcs y soldados, repetia sin interrupción vivas y aclamaciones. Unos decian viva Castaños, otro» viva el vencedor del orgulloso Dupont; y todos vivan los valientes soldados del exercito de Andalucía. El de Valencia y Murcia iba adelante, y se dirigió en medio de grandes aplausos por la calle de Alcalá á li Mayor, en donde y junto á las casas consistoriales habia levantado la villa de Madrid para la entrada de las tro- pas un arco triunfal, de sencilla, pero elegante y mag« tuosa arquitectura, adornado de coronas de laurel y s, aumentaban el júbilo del pueblo. Aquel miraba con ndecib e entusiasmo al general, comandantes, xefes y oldados, y veia pintados en sus rostros el gozo y el con- ento por habernos libertado de nuestros indignos opre- oris, y con so'a esta satisfacción se daban por pagados de los trabajos y penalidades de la guerra. Manifestabanademas un eficaz deseo de exterminar al infame Ñapóle y á los iniquos executores de sus perfidias y maldades. Seguía la tropa su marcha , y seguíala el pueblo alv rozado y mezclado con ella , pero quando llegó al are triunfal, le dexó libre y expedito el paso, no atrevió dose á disfrutar una honra que solo merecían los soldad vencedores. Llegó á Palacio , y repitió los mismos honor que el exercito de Valencia y Murcia había hecho á memoria y nombre de nuestro dulcísimo Soberano, Pueblo de Madrid, aprende el camino de la inmortal! dad, que te muestran esos soldados valientes, y com ahora sigues sus pasos para colmarlos de aclamacione sigúelos también en el campo de Marte: vé apelear porlj religión, por la patria, por el Rey, por tus hijos, mu- geres y parientes, que han estado puestos en una indignj y gravosísima servidumbre. Neticia sacada del correo político y literario de Salamanu del Martes 13 de Setiembre de 1808. El Excmo. Sr. Capitán General de esta plaza de Cá- diz ha mandado fixar el siguiente aviso. Por expreso que acabo de recibir de la junta suprema de gobierno de Sevilla, se me dá la agradable noticia de que el exercito francés de Portugal, después de 12 horai de combate con los exercitos convinados, en que per- dieron 3800 hombres con el general Laborde, había ca- pitulado el 21 del corriente, y entregado el general Ju- not su espada en el campo de batalla ; lo que se anuncia al público para su satisfacción. Cádiz ¿19 de Agosto de 1808.== Moría. Reimpresa en Buenos Ayres: Imprenta de Niños Expósitos, GAZETA EXTRAORDINARIA DE MAPRJD del miércoles 14 de Setiembre de 1808. ESPAÑA. Oviedo 5 de Setiembre. Acabamos de recibir la gázeta extraordinaria de Lon\ dres de 24 de agosto, que contiene copia de los parte* dados al almirantazgo por el súb almirante JCeats, cor» fecha del 13, á bordó del Soberbio, en la isla de Sproe en el gran Belt, cuyo contenido es como sigue: „Tengo el honor de remitir adjunta copia de mis cartas al vice al- mirante sir James Saumarez, relativa al embarco de una gran porción del exercito español que servia en esta par- te de Europa; suceso debido tanto al honor, patriotismo y talento de sus dignos xefés * como á la asistencia y pro- tección que yo debía darles, según las ordenes de su señoría. Si el tiempo está bueno espero desembarcar hoy la miyor parte en la isla de Langeland, én donde ya h*¡^ un puer- to de 2500 hombres." En otro poíte^r, pero de la mis- ma fecha, dice que todas las tropas españolas embarcadas en Niborg, desembarcarían aquella tarde en Langeland. Con estos oficios remite copia de lo que escribió á la oficialidad española con fecha del 5 ; al Excmo. Sr. mar- ques de la Romana con fecha de 7 y 9; al gobernador de la ciudad de Niborg con las de 9 y 10, y al vice almirante sir James Saumarez con la del 11. En la primera comunica á los oficiales españoles que está encargado del gobierno británico para acordar con los comandantes de las tropas las medidas necesarias para Iroteger su retirada á un sitio éñ que estén segarás hasta que lleguen los transportes que las han de volver a Espa- to; asi como también las provisiones que se necesiten, 1 que espera con brevedad. Para esto quisiera que las fropas se retirasen á unas de las islas del Belt} pero como fsta es yna medida de mucho peso , es precisó conci- w les intereses de las que están en Tutla'nd y Zealand 'On las que citarf en Fuñen y Lang'efcrnd, y por ló mis-