FLTlVCTO>. LlTERARIÁi Sujetanfté á un examen público los elementos de la primera parte «leí curso filosófico de los estudios de esta capital que comprebenden /a ciencia del hambre J'ísico y ///ora/, y de sus medios de sentir y conocer. Puestos sobre la escena los alumnos T>. José María Ro- mero, I>. Pedro PeSa , 1). Pedro Serrado y Dj* Ignacio Martínez , presididos del Catedrático Toper .«/i/ la necesidad de recorrer ú esta ciencia para asei;t:rar la- certidumbre de «uestros cono«-imientt»s. >i la JV»«siea es el a//í' de encontrar Ja verdad , ella. como todo arte, debe reposar en una base científica. J>e donde dediK'imos que la parte técnica del discurso, que basta ahora se lia Jiainado Z^ígicu , ü «• > ¡iHisar ? Esta .pu-lahra explica totio para no- sotros.: es decir, todos los actos del entendimiento , y de la voluntad. JLa naturaleza ensena á los hombres el arte de |s otros , «'» «le los movimientos obrados en el seno mis- ino «leí sistema nervioso , «'» centro t:erebral. Pertenecen á las i i n presten es internas las detenni naciones que se mani- fiestan en el infante en el momento «le su nacimiento , las pasiones «pie pinta BU fisonomía, las que tienden al «leseii\olvimitmto «le los oréanos de la gene— racina . hss que son relativas en citrtas especies á órganos «jue no existen -aun : en SMÉa palabra . todo aquello que se llama instinto material por ««poeision a 4o que se llama tletermi'nación rac.i&naf. También pertenecen a, nuestras impresiones internas, las manera** «le *¡er «pie tienen «al nombre común de sentimientos , «'» afi a-iones del alma, tales eomo el £^OKt» y la tristeza , la confianza y el temor , la debilidad y la fuerza . la ar-tividml y la lan*rui«lez &.-Estos son actos simples ; esto es, modos simples de nuestra virtud sensitiva, t-omo la hambre, la sed , ó un tlol<»r cid ico. Este «lescubrimiento nos demuestra que no "hay en el aliña ideas , ó prin- cipios innatos ya teóricos, , ya prácticos. Eara entender la manera «le «>brar «le nuestro espíritu, lo descompo- nemos en sus facultades-, \ man i restamos á la sensibilidad transformada en loa subsequentes atributos de re.eortlav . juzgar y t¡uercr. Eos recuerdos son per<>cpv¡ones actuales probadas por el efecto «le sen- va iones pasa«las , cuya causa no está presente. El juicio se forma -entreviendo una idea en otra : en <.'onsi¿¿;uiente el ier sensitivo ha debido antes «le ¡uz¿¿ar sentir y recordar. La «tención es una sensación «pe se prueba como exclusiva: eíla «s pro«iucida por la fuerza del objeto , y de ella nace la conciencia , que con- siste en la advertencia «leí alma sobre sus operaciones.2 Ea voluntad es la última «le las quatro facultades , qne nos manifiesta el análisis del ser sensitivo. Por ella el se hace rapaz de sufrimiento y de gozo , de pasión con relación a él , y «le acción con relación á los demás se- Tes, qiinmio no es impedido exleriorrnente por alimaña causa e v tran c e ra , es decir, quando el ser volitivo es libre. Hila es una extensión de ta facul- tad de sentir. !>e la fiitfUltltd «le querer nacen las ideas «le personalidad y propiedad ■ pues que el ser sensitivo no conocería un sido objeto «le la natura ley, i eoneihien- «le*p«>jado de la n oluntad: sus fneultadcs estarían en una graiuJe estagna- ción , sin aírente, ni estimulo para excr< itarse : él no se c«»n«>ceiMa á si misino toma«la esta palabra en quanto «lice virvuttscripcion y especialidad. Aan*|ue puedan darse r/t■ cesidades (en el seníhlo mas extenso de la vo> sin «pie el ser sensitivo las perl«tles . y nuestros medios. Oe Ja misma faeulta son «correlativas y correspondientes, sirio -después «pie el lionibre ha eelebra«Jo conven«"ioiies con -us semejantes: si él no hubiera teuido medios para c«ununicarse hubiera p«rmaii«.-eido con relaeioi» á ellos en el estado no «le una gua ra , sí «le una estranircria perfec ta. Tal es el , en «pie nos hallamos con los animales inferiores , «jue \a>r la necesidad «le simpatizar cun la naturaleza sensible nos oeacionu una pena «piahpiieru de sus sufrimientos. Es inexacta la aserción «me sostiene que el hombre entrando an sociedad , renunció una pon-ion de su libertad por asíííí,"tirarse el reto. En nuestro trabajo eoiisicleranios «los valores: uno intrínseco y necesario , que consiste en los sacrificios que nos < uesta. Otro contingente , y deconven- «>i«»n «pie tiende á la utilidad «pie pro«luce. Ea ia/oii del valor <;uu veucional es lainedi«la «le nuestra rhjuexa. El coma < ¡.o y la sociedad son una soIa y misma cosa. Ea industria comerciante sigue Ja misma mardia de la industria lubricante la te«>ría de ambas , es la do >>u ap¿icav¿*on y c.iecucion. 3 Tvetlur-ense á tres las ventajas «le la soeie«lad perfeccionada : unión de fuer- xas ; acresentamiento y conservación íl* las luces ; y división del trabajo. I>E ESA SOf IED V D ba.vo su relación moral l>eseomponemos las virtudes para obse rvarlas, segnn su orden v «"li«xii»«lu«l Si n«>s«>tr«js fuéramos cía paces dé poseer una virtud en toda su perfección . no tendríamos que investigar r/nal rs la primera de todas. Km reducirlos á im- plorar la «pie nos és mas necesaria en el estado en que nos hallamos-, sostenemos fcer la prudencia (en el sentido del Al). Maldi) á Ja «pie si» uen la justicia, tnn • jalamza y j'ortuleza. I>esj>ue «le estas «piatro virtmles primordial*1* observanms en lujjar sub- sefjuente á i< clemencia , gtatitnd, paciencia, amor de ¡a t> loria y de la patria. PEI \ t I1'IOS E<>«*¿l<.'OS. No hay pereeptMOn álgnha «pie sea falsa. No hay juicio tjue lo sea aisladamente considerado , y sin rela«*ion á otros ¡ uicios. No hay juicio imgativo. l>a«-é por Segtfrd un plan hypofetico «Je sensaciones que describiendo la historia «leí hombre intelectual descubre ser en tlefinitico la causa «le nuestros errores la imperfección t\f hoestrOfl ivnaerilos. nosotros no pinliendo remitirnos ú los primeros benitos «le nuestra sensibilidad , tenemos1 por «'I la certidumbre «!e lo que somos moralmente . c<»ino temamos la «le los fenómenos del universa aplicados por las leves de la atracción constante dtí Jas masas. (I Jest u í t-«l' TracyJ Es falso é ¡ntrxpl¡«rabie la teoría del S"r. Con'dillac sobre la resolución de Jas q■esliónos ea problemas elgebrayoos. En un juicio qualquiera el mayor termino es la ¡«lea primera «pie llama- mos sujeto : el atributo no pue«le recibirse en toda la extensión «le la idea : en consiguiente és inútil y viciosa la formula del silo¿> ¡sino para investigar la verdad. Puesto que el modo de proee«l«'r «leí rute Metimiento humano es entreveer una i«lea en otra , que <'s lo «pie se llama deducir , todo silogismo puede redu- cirse á un os rites que és el único genero seguro «Je argumentación. Para Cíineiliar Ja certidumbre «Je nuestras impresiones con la existencia «Je los vSeres, «le tJ«>n«le proceden, comparamos nuestros juicios con otros «pie ya hemos hecho, y «Je eava conformidad estamos ciertos. Este es el primer inicio que podemos pronunciar con seguridad: uohotros estamos «metros uc sentir.r»N KU M ATICA. .YróetWksé en el sistema que es permitido á la filosofía la existencia de tra Dios criador, primera cíinsa puede producir la in- teligencia. F.ISIOLOCil A. LstabW cese en la naturaleza sensible la existencia de las dos vidas anitu. i/ o? >>-4//iiru. Demuéstrase la diferencia peñera 1 de las dos vidas con relación á las formas exteriores de sus órganos respectivos: esto es , simetría de las formas exteriores en la primera , é irregularidad de las formas exteriores en la segunda. Otra diferencia 110 menos e«eucial deducimos de Ja armonia-de accionen U primera, y de la discordancia de acción en la seirumla. Kl habito en la vida animal embota el sentimiento y perfecciona el juicio Los nervios son los órganos peculiares de la sensibilidad. Los movimientos -voluntarios no se executan sino en virtud délas peree pciones. Los órganos motores están sometidos á los sensitivos , y no son animados y dirigidos sino por ellos ¡ La palalwa áaMaatfa tiene para nosotros la significación que deducimos de su etimología (impulsión interior) asi explicamos en» el senador Cabanis ¡afei qué es superior en las especies, donde es menos turbado por el raciocinio. I