MANIFIESTO EN LA CIUDAD DKL, PARA.Wf. EOS Qi'E srnscniBEN, Representantes en Congreso tío toa Pueblos cíe esta Provincia, lian resuelto instruir I comitentes del modo y léradMM con que lian desempeñado la confianza con que los lian honrado, eci «I grave negocio que poco tiempo ha pwa en coullicto la trauq ui lidad de esta misma Provincia, dejando entrever un principio germinal de anarquía > fatalidad, con motivo de los lunotos amagos que hizo al orden y á las leyes, l>ajo la dirección y auspicios del Capitán Comandante D. TmMM Coseros. Publicando la Acta habida en la Sala Congresal, con aquella ocasión, creen dar á los Pueblos un testimonio de sus sentimientos, y firmeza con rjue su- pieron despreciar los inmediato^ peligros, no menos que de la i « solución en que se hallan, de no capitular jamas con la» dificultades que se presenten de cualesquiera clase, y por gra v es q ue el las; sean, ofreciéndose antes á sei sacrificados, que per mi :ir, ni aún por un instante solo, sean hollada* las leyes de lo Provincia, que son el baluarte y la seguridad de to.los lo- habitantes del Estado, para lograr do este modo, no solo el importante ó inajK ecia l> I e objeto de su comisión; sí también para fijar la opinión, y evita, los peligros, resultados que causa el estravio de ella en circuns- tancias tan difíciles. Por olí . ,iarte, se llenarán los deseos de I03 Representantes, oyendo; tal vez, la sanción de su conducta, pronunciada por sus comitentes, en la que tendrán recibido el premio digno á que aspiran de sus servicios, y en caso contrario, la regla infalible para sus ulteriores procedimientos en el desempeño de sus funciones. ACTA. En la Ciudad del Paraná, Capital de la Provincia de Entre-Rios, á dos dias del roes de febrero del año de 18^7 — Reunidos en su Sala de Sesión» ■ los Sres. Representantes, en sesión extraordinaria, que á petición del P. E. fué convocada ; leida > aprobada la acta anterior, el Sr. Presidente mando se leyese una nota del Sr. Gobernador, cuyo objeto era la remisión de las proposiciones que habían hecho al GtobaCTM el Cefe, Oficialidad y tropa de la reunión del Monte; para que la Sala en atención á ella, señalase la conducta que el Gobierno debía guardar en las actuales circunstancias. En seguida fueron leídas las proposiciones, que estaban escritas en los tér- minos siguientes : Proposiciones que pifien el Capitán Comandante JJ. Tomas C'oseres, Oficialidad y fuerza reunida, ai Superior CfoOierno que rige la JProvincia de jL'/iíre-Rios. —Que todo empleado, de cualquiera clase, Porteño, se le prive .del empleo; que en lo sucesivo no se verifique alguno de ellos. 2-"—Que el Diputado del Congreso I). Román Fernandez, sea separado de él, saliendo fuera de la Provincia en el breve término que le señale el Gobierno. /4_ 3. »_Que igualmente se verifique con el Secretario del Congreso, y Comandancia General, •> ton el clérigo Palacios. 4. »_Que concedidas que sean las proposiciones nnteriores, se retirará la fuerza á sus ho- fi¡,rpSj dándoles un socorro, que deberá sacarse de lo-» Porteños, y en especial de D. Camilo Idoate, de quien tienen una carreta cargada con xparte 8U3 intereses sin tocar. ||>—Que mañana deberá marchar I>. José Ignacio Vera, á traer al Sr. Gobernador electo D. Mateo García, con lo que se hallan muy conformes, con la brevedad que lo exigen las cir- cunstancia.-!, pero sin otra tuerca que au escolta. C_Que Se firmarán dos de un tenor entre el Sr. Comisionado D. León Solas, y el Ca- pitán Comandante I>. Tomas Coseres, para constancia-, debiendo ser contestadas dentro de 21 horas de su recibo por el Superior Gobierno.—Campamento en marcha en la costa del Sauce Grande, febrero 14o de 1827—T.eon Solas — A ruego del Capitán Comandante D. Tomas Coseres—Jutiun J^fsoíí—Es copia—¿Zapata. Concluida la lectura, el Sr. Presidente dijo, que se ponían á la consideración de la Sala._ las proposiciones que acababan de leerse. |ri Firnes__Dijo, que era de opinión se discutiesen.— Fue aprobada uniformemente esta indicación.—Eeida la proposición primera ; el mismo Sr. Diputado: Que ella envolvía un quebran- tamiento de ley, y era contraria á los j vicipios del sistema Republicano, que era el de las Pro- vincias de America; que en este sistC-ma «an llamados todos los ciudadanos á ocupar los empleos según sus aptitudes, y que no encontrándose diferencia alguna entro Porteños y Entrc-Rianos, como no la Habla entre todos los hijos del continente que se veian libres de dominación estran- gera : era sir opinión, se desechase la proposición de que hablaba, sin acceder a nada de ella. Fl Sr. Urqui~n—Que la .proposición en cuestión, no solo era claramente contraria al sis- tema Republicano, como acababa de decirse, sino á la ley de la Provincia que habia jurado sos- tener; pues que esta prometía las regalías de ciudadano, y la seguridad individual y de propiedad, no solo á los hijos de la Provincia, sino á todos los Americanos, sin la menor distinción, con tal oiir cstubiescu dentro de la esfera que ella prescribía: que los Porteños eran tan hijos de America, v por consiguiente tan ciudadanos del E.-tado, como lo eran los del Entre-Rios , > los de l.is domas Provincias do la República ; por lo que sena un rumen privar á los Porteños del Ó» reí lio que la ley les concedía—por tantos, y tan considerables títulos, y que accediendo por debilidad, á una petición tumultuaria é impropia del respeto á las autoridades, y contraria á nuestras insti- tuciones, que la Sala se degiadaria si convenia con la pi oposición en cuestión. Adujo varias ra- yones favorecías por la ley, y concluyó diciendo, que el I>iputado por Gualeguay era Porteño lio nacimiento, que toma carea do cuarenta años de vecino en la Provincia, hijos, lincas, y que habia , restad.» sal vicios á ella, quizá, y sin quizá, mayores que lo=. de La reunión, que siempre M le habia considerado como á un ciudadano honrado, y que hoy se veia confirmada e.-ta opinión por la confianza que habia depositado en él su Departamento, y pregunto, ¿ sería justo y deco- roso que por una petición tumultuaria, alarmante y criminal, á este Señor, como & otros que habia en la Pro> incia, se les separase de sus destinos con v iolenci.i y sin causa alguna ? El que habla jamas subscribiría á ello, al contrario, sostendría con la energía y dignidad propia del puesto que ocupaba, las garantías que las leyes ofrecían. Los demás Síes. Diputados domostrarou ha- Jíarse muy conformes "con las' razones que había aducido el Diputado que acababa de hablar, y se dió el punto por suficientemente discutido. Se procedió u vota', y fué desechado el articulw l." de las proposiciones. Se leyó el artículo 3, y fué puesto á discusión. f w ' * " • El Sr. TJrquiza—Pidió la palabra y dijo, era necesario que el Sr. Fernandez, Diputado, se retirara de la Sala durante la discusión de aquel artículo, por serle comprensible. Se con- formó la Sala con esta indicación, y el Sr. Femandea se retiró. El Señor Funes -• Que ¿ cual era la causa que se alegaba para s.-parar, ó pedir la se- paración y ilestiorro del Sr. Fernandez ? Que ¿ cual sería el crédito de la Representación, si por una petición tumultuaria, y desconocida, hecha por una reunión de tan corto número de hombres; que no' podían jamas formar la opinión de ta Provincia , se hiciese un quebrantamiento de ley tiiji escandaloso, recayendo este en un ciudadano que obtenía la confianza del Pueblo y Depar- tamento do la Capital de la Provincia ? Que era imposible que el Diputado quo hablaba subscri- biese á esta petición , que la consideraba tan injusta como arbitraria, y que si la Sala accedí;* a ella tubiese entendido, que esa misma reunión mañana pediría otra cosa, y asi sucesivamente has'ta disponer á su antojo de las fortunas, de los primeros deslinos, v aun también de las leyes misma?. Que por su parte estaba por la negativa. . El Sr. Vi quiza—Preguntó: ¿ Si so habian acompañado eausali>s á la petición de que so separarse dol Congreso, y saliese de la provincia »•! Sr. Fernandez? Y habiéndosele contestado que nada, siguió: Que no apareciendo causa alguna para la separación y dest ierro del Sr. Fernandez, sería un crimen degradante y vergonzoso para la Representación misma acceder á Vina ú otra cosa. Que la provincia tenia leyes, cuyo respeto y sosten había jurado ; y que toda debilidad en cum- plirlas y sosteneilas era criminal, y se traicionaba la confianza que en los Representantes habian depositado los ciudadanos. Si llegaba el terrible caso de aprobar la -¡eparacion, y destierro dol Sr. Fernandez, solo por la petición de cuatro hombre; incautos, y á quienes (a juicio dol que habla) otros perversos, burlando su buena fe, é intenciones, los habían inducido á precipitar-'» con tamaño atentado y escándalo-, ¿cual sería el a pos o de que se asiese la Representación para res- ponder al cargo que mañana les formarían sus comitente.-, por un pa-o débil, antilegal, y por todos respectos criminoso? Que» el Diputado que hablaba había aceptado la ocupación del puesto en que? hoi se hallaba colocado, con grave perjuicio de sus muchos, ó pocos intereses, solo con el objeto de conservar la dignidad de !a Provincia, y de propender por todos medios al engrandecimiento del Pais que lo habia visto nacer ; que á ello habia sacrificado todo su conato, su reposo y par- ticular esmoro. Que la petición en cuestión, ni» estando arreglada, ni conforme ú principios de or- den, ni de justicia, y menos de conveniencia pública, debia la Sala denegarse absolutamento áella, v despreciarla. IXIas que tampoco debió haberes tomado en consideración, a no ser que los de la reunión desistiendo del empeño, y deponiendo las armas, adoptasen el medio de una petición pa- cífica, y suplicad ria sogun les era permitido á los ciudadanos en el actual sistema de América; en cuyo caso la Representación se complacería en oír las reclamaciones de los ciudadanos, y aten- dería gustoso á ellas», conforme la justicia, y razón que espu->iese-ti ; pero que del modo que lo hacían, ni aun merecían ser examinadas; porque jamas se haría.honor la liopreseutaeion en ac- ceder á ellas, cuando en considerarlas solamente, menguaba su decoro y respeto. Eos demás Se- ñores, aplaudiendo ia-t razones que acababa de esponer el Sr. Diputado Urquiza, unánimemente no hicieron lugar á la petición en cuestión, y fue desechada. Fl mismo Sr. Urquiza, pidió hacer una indicación, y espuso : Que acaso se habría atri- buido á un crimen en el Sr. Diputado Fernandez, en haber presentado el proyecto d«j Eey sobre la circulación del papel moneda d"l Hinco Nacional; pero que si este era un ciiuien, que el Se- ñor Fernandez no habia hecho mas que presentarlo, y que el Diputado quo hablaba, encargado en la comisión para dirtaminar sobre él, lo habia modificado, y sostenido, tomando la parto mas principal de los que componían la comisión , que & roas, él era quien en la Sala lo había sos-(«nido con mas calor, y quien probó mas es tcnsatnIVssW'VssB ventajan, y qW^dTtHo cnso, c-1 dqperin caer mas principalmente la responsabilidad, si es que alguna podia haber en el mundo conocido. Que así lo liabia hecho, porque lo creyó justo, y de su deber, y no traicionando sus sentimit utos suscribió después el proyecto de L»ey privando la circulación del mismo papel mo- neda, por un convencimiento contrario que le produjo la esperiencia, y que no le pareció siuo prudente ceder al imperio de las circunstancias. r El Señor Funes : Que era una equivocación atribuir al Señor Fernandez la introduc- ción del Proyecto ; pues que se habia lieclio una moción sobre el medio de salvar al Público de la necesidad en que se hallaba, por no tener una moneda circulante como debía ; y adop- tado por medio de conveniencia al Público, \ al Estado la c i re 11 laciou del papel , la Sala en- cargó al Señor Fernandez de presentar un proyecto á este objeto, que se re uso por hallarse de Presidente ; pero la Sala salvó este inconveniente, J él fue presentado l de consigmente , no el Señor Fernandez, sino la Sala era la que debía responder : á mas de que ninguna responsabili- dad habia en presentar provecto», fuesen de la naturaleza que ellos fuesen, pues en lu Sala es- taba la facultad de admitirlos, modificarlos, ó rechazarlos &c. Resulta de esto, pues, que el Se- ñor Fernandez no tenia inas paite que ios demás. Con lo que se dió por suficientemente discutido el artículo 2o. de la petición, y fue desechado por votación ;eneral. En seguida se mandó entrar al Señor Fernandez, que ocupó su asiento. El St. Presidente puso á discusión el artículo 3.° de la petición. *Hfltl _Vñor Funes : Que siendo igual la presente proposición á la anterior, que habia sido completamente desechada, creía de mas reproducir lo que habia espuesto en favor del Sr. Dipu- tb'.o 'Vernandez, y que las mismas razones favorecían á los Señores Palacios, y Secretario, agre. £ '.>. que no solo se oponía al destierro, porque no se conocía causa para ello, pues la razón i- >r Portefio en el uno era ninguna, y que se habia demostrado hastu la evidencia la ninguna, _t encía que habia entre estos y los Bal retíanos. Ea ley está bien clara y terminante, á el la de- belemos remitirnos. lili i mámente, que á los Porteños los consideraba hombres de moralidad, i n- i sf.A ., ilustnneion, y de bastantes conocimientos, y que mui lejos de ser desterrados debían todos los qo - ,7>>-s an virtudes, se,- llamados á ocupar un lugar en nueslras artes, labranzas y magistrados, que el engrandecimiento de un Estado, y su mayor riqueza, consistía principa) mente en su mayor población, y cuu.l.il de luces, y que hallándose la Provincia escasa de todos estos bienes respecto á su territorio, debían llamarse ú los hombres, quienes amparados por la ley no se desdeñarían en proporcionarnos todos los bienes reales de que desgraciadamente carecemos. El Sr. Urquiza—-Demostró en breves palabras que la proposición en cuestión era conforme á las anteriores por su carácter arbitrario, injusto, y tumultuario. Los demás Sres. Diputados espusieron lo mismo, y fué por votación general desechada la proposición tercera. El Sr. Presidente—Puso á discusión la proposición cuarta de la misma petición. El Sr. í "i yi/i;o—Tampoco, Sres. Representantes, puede concederceles lo que exigen en el ----- „..„ 60j0 estaba revestido del carácter de los otros, sino que también a\m- C 5 3 tiifestaba mas parcialidad, é injusticia. Que, el que hablaba conocía al Sr. D. Camilo Idoate, que- estaba bien cierto era uno de los que hacían honor á su clase, y al país, era un vecino anticuo «li- la Capital, y no ha mucho juez do ella, hombre de bien y pacífico, generoso para el publico v útil :il Estado, diírrio ciertamente de las mayores consideraciones, que «le todo e-taha sen-ajeo, y supuesto, ¿cual era la causa para que se le reputase como a enemigo ? ; V cuíil la razón para que los disidentes dirigieran con tanto encarnizamiento sus tiros contra un vecino honrado? Q:i<> recor- daba á la Sala las razones que anteriormente habia manifestado, y por Ins que se habia visto impul- sado á recibíl*M del puesto que ocupaba. Que el «lecoro del Pueblo. \ respeto a la-. le\es se que- brantaba atropellando á -los ciudadanos. Si se accedía É la petición en cuestión, latíala habría dado un paso contra la dilapidad \ decoro de la provincia, y de tructor ib- la caria qu«» los regía. ; Que cual sería la suerte del territorio, y de lodos sus habitante-, los Síes. Representantes 1 o sabrán calcular? Pro . . . NT o debemos dudar, Sres., que háblo á presencia tle aa pu< Ido libre-, y que sobe apreciará ana M agal t nulo-, v respetar las leyes. El no permitirá jamas que*BU honor y dignidad sean holladas por hombres levantados contra la ley y decencia publica, que va so dejaba sentir bien claro el entusiasmo publico; que era preciso animarlo-, y ayudarlos mas al empeño en que jra estaban de escarmentar ú los qtie intentaren pisar y destruir sus leyes y sus Magistrados; que el Diputado que hablaba seria un soldado, y j» u - - toso sacrificaría su existencia mi-nia á la dignidad de la Capital que se amenazaba, que por su parte proclamaba, y convoralia á los ciudadanos á defender y afianzar su honor y respetabilidad; que todo se» perdía si se miraba con desprecio y debilidad, que era necesario convencerse que unu \ ez per- dido el respeto á las leyes y á las autoridades era muy difícil recuperarlo; que él, como ha dicho .-intes, juró el sosten de ella--, y que nada lo haría ceder en lo mas pequeño de su deber, que i<;ual juramento habia hecho el Pueblo todo, y- lo consideraba tan firme en so,tenerlo, que le haría un agravio cu dudarlo por un momento, haciendo injusticia al honor de todo-. \ al entusiasmo pro- vincial tan declarado. El Sr. Fun<"—Que, ¿por qué mérito se habia ib- dar dinero al^nnn á los de la reunión,? que no encontraba otro moti>-o que la stible»ación escandalosa qisn habían hecho, que si esto era digno de premio , mañana se repetirían otras, y el Estado se vería precisado á destinar ttua suma i|tte no Sufragan sus rentas, solo para premiar á los que» formando reuniones elevasen con amenazas oís peticiones, como la presente, que c.-.to era demasiado lidíenlo y degradante. Otros Sres. Diputados hicieron varias indicaciones en apoyo do las anteriores. El Sr. Futres—Que sin embargo de todo cuanto se habia aducido, para poner mas claro, y al primer golpe de vista, la injusticia y arbitrariedad de la petición « n cuestión, se dejase esto i la determinación del Gobierno, manifestándosele en una comunicación el juicio do la Sula so- bre los anteriores artículos, y resolución en que; ella estaba. En seguida se procedió á votar, y unánimemente se conformaron todo* con la ultima indi- catión del Sr. Funes. El Sr Presidente puso u discusión el articulo 5 y 6, <2d^íarse al juicio del Gobierno, VA Sr. /V»fJ-Yo de rnrecor que esta pctMMOB debe «Uja.se j ^omo también la 6.-, sobre los término* en que deba, contestarse. ...........^^^'i¿#i^^¿£^ la ,!•......... de inj.^uia ... .« pet.cones de I. « »,!«., de m rf •^u/fj—Manuel I^iio, Si crelano. »¿>»*>*> <ai'o de mi vida; Je haber abandonado (o U cnei- tion politice por gastar di 1 bullicioso estruendo lie la» anual dou.le. «•» aprende á rer patriota y 6. «oto ob'dtcer; iqaioa podrí* imagina-*e que aúa no había 1 gi . ! ponerme fuera .le los uro. * 6 la di^U' icia, por lo* delirio* de lo» que impro- piamente se titulan ««rúenos de la opinión; no puedo olvidar tampoco qaie iu« he sacnticado por el pal», que su ci '.li'o me es mny caro, y que estando i ientiñcado con el Ue sus bueno» rulóles, e» pre- ciso con*ervarl'>=y v jy 6 hacerlo" p..r la últimi vez. Empecemos). I *el en ser muy pocas Im necesidades del país cuando un escritor publico se ocupa t .to de los intereses particola.es. y se nfect-. de las persona», singularizándose conmigo OMi-ina, creyendo sin duda que lie prete idilio en mi primera exposición rivalizar con vus méritos. ti Sr. editor seguramente des- conoce mis opiniones £ este respecto. Para tranquilizarlo es preciso iii.-truirlo sobre mi carácter á fia de que no ignore, que la reputación ajeria, es para uii un sazrado sobre el que nunca atentaré; que para sostener la mi l, no me he sepaiado do la senda del deber, ni peijudicado k otro; que siempre roe. he es orzado á ro envilecerme dejándome dominar de ¡a envidia, Bf por el .leseo de ad^uiiir eso* méi ¡los aparente» que deslurnbran al hombre superficial; e»o» que el menor trastorno los disipa, 6 que con el corso del tiempo se i lvidan. Alimentado de esta» ideae, y robustecido con »u práctica, n«Jj pedia llamarme la atención el sugeto de quien me ocupo, y si solo el bruno ataque que me h ibia dado. Asi es que, n dije que jamr.t me /tibia protítmaJo á ningún gobierne* fue solo, para hxcer conocer que do perteneciendo p- ^ que á mi patria, yo no n~ie lijaba para servir % bederer 4 la autoridad, en la» per- sonas, ni en ti círculo á que pertenecían. ¿V en qoe .u- -i ti 'o p • iia hablar un bumloe uiarino sin relacione», aislado y solo, en ei circulo que trocan au deberos? El meiitor ha Mdo para el que subscribo^ lm«ta ahora un ciudadano desconocido, del que no ha tenido otra itleu .le si. mérito, i.ue la que le »ublniu»s» ti a la «.spenencia y el wcutiutieoto intimo de lo uiamu que su» producciajMa li t- '.«.c'.o cui.oc«r. St lo qua