f 1) £ L H O TV O R V TJ J. IV JK R A D O. Si se hubiesen atacado derechos míos particulares, yo habrift mirado con indulgencia á mis detractores. Como do una propiedad mia , habría podido disponer entonces de mis sentimientos : habria condonado la injuria á mis calumnian- tes ; ó les habria compadecido , y despreciado en silencio. Estoy seguro que como ciudadano particular asi habria obra- do. Mas como hombre público , como representante de una, corporación respetable , tengo que obrar en sentido inverso. Este sacrificio de mis afecciones privadas a mis deberes pú- blicos , me es en realidad costoso ; pero en la mismu pro- porción debe ser estimable. El Centinela , periódico de esta ciudad , es el autor da la provocación. Seguramente su editor no es del número de los amantes de los principio*. Por lo que se ve , tampoco es| apasionado de las ria* pacíficas. El ataca bruscamente , y á quien no debe. Asi no extrañará las represalias á que ha dado lugar. Al efecto es preciso seguirle en los avanzados pasos que ha dado en su núm, 3G , artículo sucesos notables. Después de dar una idea aquel editor de los resultados que tuvieron las conferencias entro el ministerio de esta ciu- dad , y la primera diputación que envió el cabildo de Afon- tr riele o a principios de este ario : después de expresar que esta fue relevada , y nombrada otra que pasó por este pueblo a. recabar auxilios de Santa Fé y el Entrevias : después de indi- car la llegada de esta segunda diputación á Santa Fé, dice literalmente lo que sigue : el señor Lt^pex reunió en su mesa la diputación de Montevideo , sus acompañantes , varios veci- nos principales de Santa Fé, y al señor gobernador del Entre- vio*. Tócase <í brindar, y emprende hacerlo el oriental 1). Juan Antonio Lavalleja, que marchaba con la diputación para man-[ 2 3 dar ttna de las di< isivnes debían mi/er+eeir contra los bra- sileros . y dice : BlUlstUO EOHLA TOTAL DESTRUC- CION DE BUENOS AIRES........ Muí principio es el del Centinela. El entra equivoctindose , (1) y seguramente saldrá contradiciéndose. Yo diré realmente lo que pasó en el particular. El 8 de marzo último se convocó por el Sr. López, una junta popular. En ella se convenció este gefe que la opinión pública favorecía el proyecto de auxiliar á la banda orien- tal. Invitó de sus resultas al Sr. Mansilla á que viniese á San- ta. Eé , para tratar sobre este importante asunto. Vino en efecto este gefe , tuvieron ambos su entrevista ; y en ella se denegó aquel a dar ninguna clase de auxilio*. JLaa razones de esta negativa no pueden indicarse por ahora. .Llegará, oportunidad en que el público sea enterado de ella*. (2>. Cou posterioridad á dicha entrevista se dio por el ilustre cabildo de Santa Eé un suntuoso convite á la diputación de Montevi- deo. Allí tuvo lugar la reunión , que el Ce/dine/a supone haber sido en la mesa del jSt. López. Todo lo q¿ue hubo á este respecto está perfectamente explanado en la eontesta- cíon del seríor defensor general D. Manuel Leyba. Ella se inserta al final con la carta que la motivó , bajo las letras A y B. Después de enterarse de estos documentos se ven - drá en conocimiento de la falsedad grosera con que el Cen- tinela se produce respecto del Sr. Lacalleja. No padece menor equivocación el Centinela , cuando dice: 3ue la diputación de Montevideo mostró haberse di.ygu-sta.do, bien porque supo que el Sr. Afa?isilla en ninguna estipula- ción entraba , que no fuese de acuerdo con la» de/na» provin- cias de la liga........ ó bien porque rió imponerle de firme al que primero desenvolvió en el brindis los sentimientos que abri- gaba dentro de su coraron. Si el Centinela hubiese dicho, que la diputación se había disgustado porque el Sr. nsiua- (1) Xo hay peor equivocación que aquella <»., que se incurre non animo deliberado de equivocarse, asi como bo fauy peor sordo que- aquel que no quiere oir. (2) Intereses generales exigen por ahora de mi esta reticen- cia. Cuando ellos no se atraviesen , yo me formaré un grato deber en explicarme. Entretanto prefiero á mi propia vindicación , y á la de mis colegas, la conservación de la armonía y utilidad común. JEllas podrían comprometerse altamente por una indicación í'rar de las razones aducidas por el Sr. Mansilla para su, negativa, t * J «e íjíanífeató «n oorrtr» de los auxilios absolut.ariiénté , y sfA relación alguna a lo que lus demás provincias de la lig'á cucc- driiátera deoidierar« en el particular, acaso habría: sido mas e-xacto y pero ya se deja ver que el animo del Ceritinéla- es hacer brecha al crédito de la diputación en todo sentido , y" eri toda» direcciones. Bien es verdad , que esta no podrá mi- rar con agrado el que se malogren los objetos dé su misión. Para esto seria indispensable que fuese impasible á lúa des- gracias del pueblo su comitente , ó que tuviese el humor ne- cesario para resignarse á esperar su redención de laa vids pacificas que hoy parece estar en boga en el pedante dialecto del Centinela. En cuanto al desagrado que sé atribuye á la diputación por las resuitas del brindis que se imputa al Sr. La- r&lleja., es una impostura que tal brindis se haya dado, f una jactancia , que -el Sr. Mansilla hubiese puesto un tapo- nazo al «SV. Lavatieja. El documento B , ya citado , com- prueba uno y otro. De consiguiente tal desagrado no pudo haber tenido lugar, porque faltó la materia sobre que se supone haber recaído. De la contestación del gobierno del Entrerios, fecha 1 de marzo , que en el rol de los comprobantes ocupa un lu- gar con la letra C, se descubre la nueva equivocación del Cen- tinela , cuando dice : Ello es que ni verbatmente ni de ofi- cio obtuvo el Sr. Mansilla petición alguna por parte de lá dipidacion. A esta era corto -el tiempo para recibir obse- quios y felicitaciones en los momentos do su arribo á Santa Eé. Sin embargo ofició en el mismo dia al Sr. Mansilla , par- ticipándole su ¡legada, su objeto , y su resolución de pasar el Paraná, asi que hubiese evacuado su comisión- cerca del Sr. López. El Sr. Mansilla no podia diferir su' viage hasta que aquella se hubiese concluido. Esto constaba á la di- putación ; y de sus resultas ofició por segunda vez al Sr. Man- silla , para que se conciliase todo. También lo hizo particu- larmente el diputado que habla. Asi se deduce de las con- testaciones que van al fio de esta exposición , distinguidas cou las letras 9k, y E. Hasta aquí pudieran soportarse las equivocaciones del Centinela. Pero es preciso seguirle un poco mas los pasos para hacer ver que es un impostor , y que por grados sse va separando de tas viaa pacíficas, á que hace tanto el cortejo; Sus hostilidades son á traición , y no se dirigen á los ene- migos del sistema americano. La arinoniu one con ellos guar-da. oh la nía» perfecta. Sus agresión»-* solo las reserva pa- ra los amigos del país , y amigos desgraciados. Lo peox del caso es , que hace uso de toda eiase de armas prohi- birlas , y que a su avitnguardj'a , á su centro , a su retaguar- dia , y en su reserva se ven acopiadas las provisiones , con que hace su g-uerra peculiar — IJVVECTI VA — CALUM- NIA. — DETRACCION. ¡Que la diputación especuló para su empresa , y adop- tó con su protector el T>r. Segui , C3J que el ¿ir. Lopes, re- nunciase á su compromiso con el gobierno de Buenos Aires para la eacpedicion á la frontera ! ! ¡Atroz impostura ! Ja- mas ocurrió tí la diputación idea semejante. Todo lo con- trario se ve cabalmente sancionado en el articulo seyundo del tratado con ¿Santa Fé. El , entre otras cosas , dice literal- mente lo que sigue........ " Y practicando todos los demás "acto» conducentes al logro de la libertad absoluta do la pro- "vincia oriental , con la brevedad que reclama su peligroso ''estado , concillándolo con el obligatorio compromiso con "Buenos Aires, para expédicionar en convínacion sobre loa " bsirbaros del Sud." En vista desemejante dato, el públi- bo imparcial decidirá la fé que se merece el Centinela. El no es mas digno de crédito , cuando acrimina sobre lo mis- mo al Sr. Segui. JVinguno mas empeñado que esto en la expedición contra los infieles. JVadie ha obligado al Sr. López, . ni tomado su nombre y autoridad, ( como descaradamente afirma el Centinela ) para proclamar , y poner bandera de recluta. Esto es supo- ner al Sr. López una servilidad igual ú la que degrada al Centinela , en su vergonzosa dependencia de los que le ins- piran ideas extravagantes , y principios exóticos. En los momentos de mi propartida de Santa Fé , me fue entrega- da la proclama de aquel Sr. gobernador. Su principal en- carg-o , al despedirme de él , fue que la hiciese imprimir y circular,, asi que llegase á esta. líe «quí la verdad del caso. Otra impostura del Centinela es que la diputación es- tableció la escala del premio á cuantos se subscribiesen á la (8) No es mi ánimo hacer la apología de este individuo. .Pe- ro si ei Cantinela trata de ponerle en ridiculo por que se lia entu- siasmado en favor de la. libertad del pueblo oriental, yo creo que él le agradecerá sus invectivas. BHm siempre le harán honor, y cuando se recuerde el motivo que se las ha grangeado, se aumen- tará en su favor un grado de consideración pública. libertad del oriente. En este orden la diputación ha obra- do de acuerdo con sus instrucciones y facultades ; y solo á la autoridad de quien emana su representación, tiene que dar cuenta de sus operaciones. Pero en nuda se descubre tanto la malignidad del Cen- tinela , OORIO cuando afirma haberse estipulado por otro tra- tado secreto , que antes de emprenderse la expedición contra los ¿rasileros debia derrocarse al gobierno del Rntrcrios por una conspiración ejecutada antes que regresase el Sr. Alan si//a , tomando la dirección el JJr. Seguí , y la diputación de Mon- tevideo, í^i esta hubiese tenido bayonetas y otros recurso» de que disponer, pase por un momento} pero cuando ella carece de tocio auxilio : cuando sus miembros no tienen rela- ción alguna en aquellos países, que han pisado ahora por la vez primera : cuando el único que conserva algunas relacio- nes , que soy yo, se hallaba á I tíO leguas en los instantes de haberse Verificado el movimiento; afirmar que el secre- tario de Sta. Fe hizo tratados ocultos con la diputación do Montevideo para una operación de aquella naturaleza , es el colmo de la improbabilidad , y al mismo tiempo do la mu» negra calumnia , y rastrera intriga. (4) Me lisonjeo haber desvanecido con documentos y con reflexiones, las imposturas del Centinela. Kn cuanto á lo demás no puedo hablar, por ser de fecha posterira* á la de mi salida de ¿Santa Fe. Sin embargo , de la falta de verdad con que el Centinela se produce en los hechos ocurridos hasta aquella data , deriva el argumento moral de que todo lo pos- (i) No me detendré en hacer observaciones sobre la tendencia que llevan las indicaciones del Centinela contra el secretario fiel gobierno de Sta. Fe, ni si esto es atizar la discordin , y prepa- rar las vias al anarquismo , que nunca serian pacificas. Tampoco discurriré acerca del doble sentido que puede tener Ta acriminación á dicho secretario, que algunos la suponen extensiva al mismo gobierno de Sta. Fe. Yo me contraigo solamente á observar aqni lo ridicula que es la idea de un tratado oon'la diputación do .Mon- tevideo para derrocar el gobierno del Entrerios, operación en que siendo aquella absolutamente nula , solo podría concurrir con el con- tingente de una voluntad estéril. Mas ahora caigo en cuenta de que el tratarlo debió haber tcuido por objeto comprobar en un ca- so desgraciado las ramificaciones de la conspiración , pues con se- mejante gurantia podría libertarse el Sr. Sec/ui de que descubierto y tomado por Jos entrerianos se le pueiese en el banquillo. Histem- tetie.itis ajiíici.terior es tan cirrtn como lo primero. ~Vo espero en breve comunica -iones tle mis eodiputados. Para entonóos me re- servo hablar mas doeunieiiludaincule en el particular. En el entretanto debo observar los funestos resultados que proba- blemente deben traer las atroces calumnias dol Centinela. Jallos no pueden ser otros que indisponer los ánimos : uglo- merar elementos de perturbación y discordia , que destruyan su 3 favoritas vias paaju < t* : retardar la libertad del Oriente; y preparar una rivalidad desastrosa entre orientales y porte- nos. Se dirá, acaso que esto ultimo no sería nuevo. Existió un tiempo , es cierto , esa desgraciada rivalidad ; pero' lo es también , que felizmente había desaparecido , entre otras cau- sas por virtud de los esfuerzos del cabildo -de Montevideo , y de sus diputados , á quienes tanto se denigra. Muchos com- probantes pudiera aducir de esta verdad , pero valgan por todos lus siguentes expresiones que se hallan consignadas en un oficio del cabildo de Afonfevideo al señor gobernador de Santa Fe, su fecha 7 del corriente. " En efecto , señor go- *' bernador ; las lastimosas voces del pueblo oriental fueron *' despreciadus de otro pueblo hermano : de otro pueblo que " desde el principio nos ulentaba á esforzarlas : de otro pue- "blo , cuya proximidad, cuyos recursos, cuya consideración "exterior nos hacia confiadamente esperar eme DO sería indi- ferente á nuestros males. Falló este cálculo , fallaron abs-o- " hitamente nuestras esperanzas , y los orientales debieron " respetar como respetan esos misterios políticos en que liue- " nos Aires .«e haya fundado para negarnos todo auxilio , im- ** primiendo el desaliento en nuestros ánimos , y el orgullo y " la confianza en nuestros enemigo?. No importa: generosos f siempre los orientales , aman tiernamente al pueblo de " Buenos Aires , desean su prosperidad, y conocen que su actual " gobierno es el que está destinado para conducirlo á. ella." Y quien usa de este lenguage , aun en el fervor de sus quejas, ¿ podrá ser enemigo de este pueblo y de su gobierno , como impudentemente se esfuerza en persuadiré/ Centinela?— (5) (•5) Yu no estraño que este periodista trato de indisponer los ánimos entre oriéntate* y portefíos, haciendo revivir anticuas ri- validades. Al fin estamos en contacto , y la ventilación 2« cues- tiones suscitadas con motivo de intereses próximos , parece que. dis- culpa altean tanto su animosa indiscreción. Pero él no se limita 4 los vecinos. 121 decide uiagistrahnaute de los uegooios mas ar- duos de Tierra Jinne, JLi/nu , Chile í¡ec. Ve A todas partes pro- [ 7 3 En estos momentos recibo comunicaciones d© mis co- diputados , como en el párrafo anterior había previsto. Elias son las mas satisfactorias en órden á la vindicación completa de la diputación. Los oficios en copia, bajo las letras F'. ir. H. lian urja verdadera idea de las explicaciones que han mediado entre mis colega» y el gobierno del Entrerios. Son dignas de atención las expresioues de que usa el secretario de aquel gobierno en el documento G , hablando con la diputaciou. Al/na* negras ( dice) se han atrerido á prestar comprobantes, que h-acen aparecer como delincuente á esa misma respetable- di/nttacion. Sí , almas bajas , con efecto , pero tan bajas ó mas que ellas las que á ejemplo del Centinela , hayan dado crédito A esos rumores , asegurándolos como positivos , solo porque su depravado corazón desearía que lo fuesen. Aqui resalta naturalmente el contraste que forma el cir- cunspecto lenguage del gobierno del Entrerios , con el magis- terio insole.ite dei Centinela. El primero con los comproban- tes á la mano clasifica como debe á los que han. pretendido cura trasmitir la tea de la discordia , que con muchos combustibles á mano tiene siempre encendida en estas provincias bajas. A todos quiere poner la cartilla. A todos ridiculiza en los esfuerzos que hacen contra ei enemigo común. Aun á los héroes de nuestra re- volución , á los que han ensanchado su esfera allanando el territo- rio , y dado á la f-itriu dias de gloria, los satiriza por bajito, ha- ciendo en esto sus ensayos, para ejecutarlo después por alto. Tie- ne declarada la guerra al espíritu y carácter militar. Quiere amor- tizarlo absolutamente , como si hubiese aquí grandes masas de ejér- citos , que fuese conveniente hacer entrar en el estado civil , ó co- mo si estuviese ya fijada nuestra emancipación política, y de roo . «iíruiente fuesen innecesarios los esfuerzos de la milicia. Llama bárbaro el medio de la guerra para conseguir los altos fines que se propuso la America en su revolución gloriosa , y esto lo pro- pala cabalmente después de nuestros desastres últimos en el alto JPerú , y como si el implacable encono de nuestros enemigos nos dejase arbitrio para esperar de otro modo que por el auxilio de las arinis nuestra redención política. Los que lean sus pedantes pa- peles saben «pie no es exagerada esta pintura. Este es el ¿fotón ame- ricano , el ífí¿/o de nuestros dias. Kste el que descaradamente in- sulta á la respetable diputación de una de las primeras provincias en importancia política. liste es el incógnito que garantido de su embozo , y de las circunstancias , que hacen mas que probable su impunidad , se atreve á insultar de frente á todo el que no sa conforma con sus principios, y al que espera la libertad de la fa - ■tri \ por otros medios que los de fias pací/teas.manchar el honor y cnráeter pacífico ele la diputación. "El segundo sin mas garantía que la de sus conducios reservados, decide, como /orneado eac cathedra , de la complicidad de la misma diputación en los planes subversivos del orden del Entre/ios. En último resaltadlo: yo niego formal y solemnemente á nombre de la diputación do que tengo el honor de ser nuV:n- Lro, que esta haya turnado la menor parle en Ja conspira- ción de que se trata. Después de esta negativa , las pruebas incumben al calumniante. Yo pudiera perseguirlo ante la ley, pero prefiero presentarlo ante la opinión pública, en su ver- dadero carácter de IMPOSTOR POR EXCELENCIA. Ese tribunal recto á quien apelo, decidirá de que paite está la justicia. Pero no decidirá esto solo. El decidirá también de los resultados políticos que acarrearla al sistema general de la independencia y .libertad de estas provincias , la subyu- gación de Aloidevideo por un usurpador extrangero. Esta subyugación está decretada en los consejos del maquiavélico Centinela. De otro modo no se le observaría un empeño tan decidido en ai-lar aquel hernioso país, y dejarlo reducido á áus solos recursos. En esto cifra sus esperanzas de que su- cumba en la lucha. Yo permito por un momento que asi fue- se, ¿Y cuales serían los resultados? ¿Podrían ser otros sino el que se disminuyese la cantidad de acción que debe obrar en la consolidación del sistema general de estos países 1? <: Qué les fáltase su primer antemural , v uno de sus aliados y ami- gos naturales ? ¿Y que progresiva y gradualmente fuesen engrosando todos la página de las rapacidades , de que abun- da la historia de ese vecino codicioso ?............ Pero no , no hay que temer este desenlace , por mas que el Centinela, se desviva por él. Ea Randa oriental en su gloriosa resolución tiene por auxiliares — la naturaleza de las cosas — la constancia y unión de sus habitantes , tan- to americanos como españoles europeos-los amantes de la libertad en todas estas provincias , esos que han purificado su patriotismo en el crisol de los padecimientos-los hom- bres pensadores , que saben no hay seguridad común si se desmembra por grados la fuerza pública que la constituye —las almas elevadas , que se resienten del sistema diminu- to, mezquino y de localidad , que afecta tanto el ánimo del Centinela-los militares á quienes se abre una brillante car- rera, que debe proporcionarles el salir del abatimiento ver- gonzoao en que hoy yace el espíritu marcial — todos los ciu- dadanos finalmente amantes de la felicidad y gloria de su PATRIA. Sí: tales son los elementos sobre que calcula la Banda oriental para su emancipación política. Ellos podran retar- darse algún tanto por la fatalidad de los tiempos , y por el pernicioso influjo que las máximas del Centinela ejercen sobre los espíritus. Poro la hora de la restauración ha so- nado ; y con mas ó menos sacrificios, ella so completará á despecho del Centinela, y de otros patriotas como él.- Buenos Aires abril 19 de 1823. o/nenao í¡(o<¿¿¿en. POST SCRIPTUM. En el tiempo que ha mediado entro la composición y publicación de este manifiesto , ha salido á luz el núin. 37 del Centinela. El se viene poniendo ahora del lado del Evangelio, y haciendo carocas al muy ilustre-cabildo de Montevideo. Yo no sé cuando es mas traidor este periodista Si cuando aca- ricia , ó cuando calumnia. Con una hipocresía , cuya tenden- cia es fácil conocer, dice en el citado número, al artículo Montevideo , lo siguiente____ " ^J"os apresuramos á declarar, " quo en ninguno de los documentos originales que hemos "visto, y en que aparecen complicados los miembros de la "diputación de Montevideo en Stxnta Fé, con los conspirado- " res del Eatrerios , hay el mas leve indicio de que el cuerpo " municipal de aquel pais , ni ningún otro miembro de los " que reconocen la autoridad de este cuerpo ( á excepción ''de los diputados y acompañantes > haya tenido intervención " alguna en el procedimiento que hemos detallado en el nú- " mero anterior , y contra el cual nos hemos explicado y con- " linuarémos explicándonos. Creemos que esto bastará para ha- " cer retroceder á los que han adelantado sus juicios sin motivo " el menor para fundarlos. Aun podríamos agregar que los " diputados: acaso serán llamados á Juicio por el cuerpo mu~ " nicipal'." He aquí desentrañado por el mismo Centinela el verdadero espíritu de este capitulo. Siguiendo su carácterC io j díscolo, pretende ya plantar lu discordia entre la diputa- ción y el ilustre cabildo representante. Como le hacen mu- chas cosquillas las buenas disposiciones que la diputación ha encontrado en el pueblo de Santa l^é pora ayudar & Monte- video en su gloriosa empresa, trata de tirar la piedra para ver s¡ consigue que se haga retirar á aquella. El calinda , y calcula bien , que en este caso se retardarían los auxilios pnra la grande obra : que el enemigo limítrofe tal vez conseguiría entretanto algunas ventajas ; y que este resultado pondría á los orientales en la precisión de entrar por las vias pacíficas. Dice también el libelista que lejos de tener motivo* pa- ra retroceder en el concepto que ha formado de que la dipu- tación tuvo ingerencia en la conspiración del Etitrei-ios, la reflexión ha venido á fortificar aquel convencimiento , en que jaor dalos anteriores extaba. No era necesario se ratificase en su iniquidad , para conocer toda la extensión de su pro- tervia. Salgan á luz esos documentos originales que hacen rui acusación y la de mis colegas. Yo solamente encargaré, que si parece estar escritos por alguno de nosotros, y si negamos la partida , no se nos repute culpables por solo el hecho de que algún perito diga que hay analogía , ó rela- ción de semejanza entre las letras. L/Os pruebas de esta cla- se son muy tullidas, y sin el concurso de otras, de nada valen. Capiat qui capero jpossit. DOCUMENTOS. A. Bueno* Aires nT.ril 13 d« --Tmpnesto por el Centinela núm. 36 de varias fin posto ras que se le atribuyen a los diputados del exorno, cabil- do representante d« Montevideo, y entre elias la del brindis del teniente coronel O. Juan Antonio Lnvnll.'ja ; ruego A V. 8. tenga la dignación da exponer loque haya sobre el particular, en desagravio del honor de la diputación atrozmente vulnerado. Saludo A V. S. con la cordialidad de mi afecto distinguido.—— Dmningt, Cuiten.-¿ir. Deíuu&or geuerul do la provincia do 6'aula t'é D. Manuel Leyva. B. Orientado de la nota de V. S. que con fecha de ayer se ha servido dirigirme , debo contestar: qu>- soy plenamente impuesto do tiudo lo ocur- rido en el obsequio que hizo á la ilustre diputación de Montevideo , el muy ilustre cabildo de; Santa Fe , A cuya corporación tengo el honor de pertenecer.-Vo fui testigo de la conversación que emprendió el sefior teniente coronel I>. Juan Antonio Lavalleja con el sefior A Idao.—En ella se expresó de un modo quejoso por la negativa del gobierno de Buenos Aires relativa A la provincia oriental.-Expuso que en todas partes babian sido mirados con indolencia los ruegos de los orientales, y que solo en Santa Ké se habían oido sus clamores.-El seRor gobernador D. Lucio Mansilla que por no estar impuesto en la conversación creyó que atacaba al gobierno de Buenos Aires, le insinuó su disgusto de un modo amiga- ble por dirigirse A un gobierno A que estaba intimamente unido.-El se- fior Lavalleja satisfizo al sefior Mansilla replicando que él solamente re- petía lo que ya se habia dicho en varios papeles públicos.-fon esto terminó aquel asunto.—La comida continúo con la mejor armonía.-Se repitieron varios brindis , en los cuales es clAsicamente Incierto el que supone el Centinela al seflor Lavalleja.-Por la destrucción total de Buenos Aires-Concluida la función se dirigieron todos los sefiorés A la casa del sefior gobernador López.— \ lli continuaron las mismas demos- traciones de amistad.-Kl sefior Mansilla, que se bailaba A un extremo de la sala , llamo A su lado al sefior Lavalleja con emulen se manifestét 12 ] del modo mas amistoso.—o no puedo prescindir de manifestar A V. S. mi sentimiento por la ligereza con que fie expresa el referido Centinela en un asunto . cuyas imposturas deben traer consiguientemente hítale? consecuencias.-Espero que á V. le será muy fácil desmentir aquel te- jido de falsedades para que asi se logre evitar aquellos males. Tengo la honra de saludar é V. S. con toda consideración. Buenos Aires 14 de abril de 182:3.-Alanuil L. Do- mingo Cullen. C Paraná 7 de Marzo de 1823___Kl ministro secretario ha recibi- do la comunicación oficial fecha 5 del corriente que los >->'. diputados del cabildo represéntente do Montevideo han tenido á hiun dirigir al gobierno de ,_Kntrerios. Se ha impuesto este ultimo de su contenido, y en su contestación tiene placer «1 ministro secretario en anunciar & dichos señores . que el gobierno lleno de la siilisi'accion mas positiva , los recibirá con aquellas atenciones que su carácter , y los usos estableci- dos para estos casos han designado. El ministro secretario saluda a los señores diputados con su consi- deración distinguida- Nicotus de Vidia.- A los ^' *í. diputados del cabildo representante de Montevideo. D. Sr. D. Domingo Cullen.-Paraná 7 de marzo 1823-Amigo y Sr. mío.---Quedo prevenido por la de V. del 5 de que mafíana ó pa- sado debo esperar á VV. on epln , ú cumplir los objeto» ue su vomision. Tendré mucha satisfacción en que no ocurran incidentes que produzcan de- moras en su marcha , y que este sea tan feliz como hasta aqtti.-Mien- tras tanto aprovecho la oportunidad de repetir á V. que soy su amigo apasionado t¿. ii. S. AJ.-Lucia MansiUa. K. Sr. D. Domingo Cullen.-Paraná 14 de manco de 1823—'■—Señor y amigo.--Me es sumamente sensible que el tiempo que VV. deben.em- plear en esa no permita que nos veamos aqui. Vo hubriu tenido placer en manifestar á V, y compañeros los sentimientos de amistad y aprecio que me animan hácia sus personas; pero me lisongeo do que en este parte me dejarán bien puesto los señores Solas, y Vedia, que están persua- didos intimamente de mis ideas , cuando VV. tengan á bien pisar este territorio. Por lo demás no deja de serme satisfactorio que ya que rae sea indispensable separarme en estos momentos de esta provincia, no sea uno de los menores motivos qu« me obligun á ello el de tomar co- nocimientos exactos t»n asuntos que tienen ]u relación mas positiva con el Interesante objeto de la misión de ustedes. -i-Admití» V. las distincio- nes y aprecio particular con que le saluda y 13. 8. M.-'Lucio Alansilla. F. .Santa Fé 11 de abril de 1823.—El contenido de sus dos comunica- clones del 9 lian cansudo á este diputación la sorpresa á que dan lugar los hechos que en ellas se advierten. La apertura de los pliegos del cabildo á quien representemos , por un subalterno de osa provincia , que después de informado de su contenido, deseamos no haya hecho uso de él contra \o» intürcses dé los orientales: el haberse impuesto por ellos y demás comunicaciones particulares , que nada contenían que comprometiese el sosiego de osa provincia, y á pe.-ar de oso haber mandado preso al sar- gento mayor Di Kamon Cáceres, su conductor; y sobro todo el mas cri- minal atentado de haber extraído algunos de los documentos , papeles pú- blicos v demás que venían inclusos , son pasos de mucha gravedad dados contra* el decoro del cuerpo á quien representemos, y que sabe V. Jf. que nosotros no podríamos de ningún modo dejar por ellos de entrar en agrias contestaciones con ese gobierno , pero con todo , debiendo ceder al bien y tranquilidad de los pueblos , omitimos por ahora la contestación directa de sus dichas comunicaciones hasta mejor oportunidad. Pesaádase V. .S. que nuestras aspiraciones se dirigen exclusivamente A la salvación de nuestra provincia , y que no atendemos ni atenderéinoa lino á este importante fin. Saludamos á V. & con ios sentimientos de nuestra mayor conside- ración.— Luii Eduardo Pérez.—Human Acha.-A'efior Gobernador inte- rino de la provincia do Eutrerios D. L«on ¿"olas. tí. Paraná 12 de abril de 1823.--El señor gobernador sostituto se ha enterado de la atenta contestación de esa honorable representación , y ha acordado satisfaga á V. SS. que del Uruguay se enviarán á este en ol menor tiempo posible los documentos, papeles públicos. y demás que V. SS. indican Tenían con los pliegos abiertos que he tenido el honor de remitirles con el sefior mayor D. Kamon Cáceres: siéndole muy sensible qae V. SS. se adelanten á caracterizar de criminal atentado una acción, que según anuncié en mi note anterior, fue el resultado de una equivo- cada interpretación á órdenes meramente precautorias en circunstancias que la provincia se veia amenazada de los efectos de una intriga horrorosa, en que ¡timas negra* se han atrevido á prestar comprobantes que hacen, aparecer como delincuente á esa misma respetable diputación. V. SS. deben penetrarse de que este gobierno no ha perdido de vista, ni es po- sible que pierda , ni está en el orden de las cosas , el interés que lo anima por la felicidad de la provincia Oriental. b 1 tiempo solo puede ser gi- rante de una conducta que no está en consonancia cou una exigencia prematura.r m j HA expresado g^fe lia indícalo lo ionveni»»te qtw ssrln una **ntrn- vistn ¡HMMMit pero t'ütaudo al Hogar por momentos el fciiur gobernador en propiedad, no en posible desamparar el suelo ni aun p< t-/ .- <. j'eiu>»«si .Diputados del cabildo de Alón lev \ult-o. BUENOS AIRE6: t M P K b. t I * OS A ¿ V A R K 3», MENSACE DEL A LAS nmiim iHiinii. JEM 11 efe +3lf$<*Hto «fe 1§45. IMPRENTA DEL NACIONAL.