*t> ino) doñde^uier*, baxo fa Sup«r¡n4fien4encTa ée tos A te* de Policía. Se permite que los miembros hablen, díquen, y escriban sobre quienquiera materia , menos la Keügion, moralidad y po ática. Ellos pueden te lópia tina vez cada mes, dando aviso á los Comisario; Policía tres días antes que se celebre, qual es la ca porque se juntan, y el objeto que quieren tratar. Sm bros y protocolos estaran siempre abiertos para la i-, peccion , y ex peí irán á todos los miembros que se ere peligrosos al gobierno. Pueden poner decoraciones qualesqutera clase, excepto las que decoran á los funció nario* públicos , y á los miembros de la Lrgion de honor Todos los ciudadanos que no tienen alguna plaza en gobierno pueden ser Franc-Masones; pero estos , co también todos los militares desde el rango de Gencr hasta el de un soldado 6 marinero, no pueden ser admi tidos s'rn prévia licencia del Emperador. Todas las muge res están excluidas para siempre, y no se admitirá á ni gun extrangtro sin haber obtenido primeramente una car> ta de recomendación del Ministro de Policía, Senador Touché, el qual con el Emperador, tienen el derec exclusivo de cerrar ó abrir todas las logias, y el de excluí; ó admitir a las personas que crean propias, sin dar razo» alguna de sus medidas." Hasta aqui el Decreto del Empe rador de los Franceses. Pásalo bien , amigo mió , y verás lo que te he dicho, Jamás se les ha dado á los Franc-Masones un golpe mas terrible. ¿Dónde está su amado secreto? Pues desde qn! no hay secreto no hay Franc Masones, pues este venial ser su esencia. Basta, mi querido amigo, he cumplido quanto te ofiecí. ¡ Dichoso yo si he acertado á servirte! Escríbeme lo que juzgas de todo , mucho mas si te hallas embarazado en alguna co¿a« Soy con el mayor afecto, &¿ REFLEXIONES SOBRE LOS GLORIOSOS HECHOS DE LAS PROVINCIAS DE ESPAÑA; Y CON ESPECIALIDAD DE LA DE CATALUÑA. POR l C. VALENCIA IMPRENTA DE BURGUETE. CON LICENCIA.(3) INTRODUCCION. ¿£~b. manera de un fuego eléctrico se- comu- nico por todas las Provincias de España la noble idea de vengar á toda costa los ultrajes , que aca- baba de recibir la Nación del tirano de la Europa Bonaparte. Algunas Provincias , ya por su situación , yar por hallarse invadidas de formidables exércitos ene- migos , no pudieron desplegar su energía caracte- rística , y vomitar el incendio que las devoraba: tales fueron la Navarra, Vizcaya, Castilla la nue- va &c. El estado de abatimiento en que nos hallábamos por el despotismo del Privado menos digno de ser- lo, y la ocupación de nuestro territorio, y fortale- zas de nuestras fronteras por un exército francés sumamente numeroso , bastaban á imponer terror á otra Nación menos valiente , menos amante de su decoro, de su Religión y de su Rey, que la Española. Creyó el tirano, y lo creyó bien, que una Na- ción aniquilada , sin armas , sin erario , sin exér- cito , sin Gobierno , é invadida , debia inclinar la cerviz , y someterse humillada á su despotismo é insaciable y escandalosa ambición. Pero aquel gran Dios que sostiene y derriba los tronos, por un efec- A 2(4) to de su providencia, y sin duda por la justicia de nuestra causa, no permitiendo que fuésemos envuel- tos en las desgracias que llora la Polonia , Holan- da , Genova , Alemania , Italia, y la misma Fran- cia , dispuso que tantas Provincias diversas en ge- nio, carácter , y aun intereses , sin consultarse unas á otras se declarasen por su legítimo Rey ; y con- viniendo no solo en la opinión , sino también en el modo , reuniesen sus fuerzas , y desbaratasen los proyectos del tirano de un modo tan extraordina- rio , que siendo la admiración del presente siglo, lo será aun mas de los venideros. Provincias y Reynos de España, y aun de Por- tugal , porque también sois Españoles , yo os feli- cito por vuestras victorias gloriosas. Reyno hermoso de Valencia , recibe mil y mil parabienes por la victoria que reportaste en los muros de tu misma capital contra el acreditado Ma- riscal Moncey. Reynos de Andalucía , gózaos una y mil veces por las satisfacciones que justamente os producen la rendición del valiente Dupont y su terrible exér- cito en los campos de Baylen. Constante Reyno de Aragón , recibe millares de plácemes, y entona cánticos de placer y honor á tu amable Madre del Pilar por la fuga vergon- zosa á que obligas al obstinado Lefebre y a su atrevido exército acampado dentro los muros de tu misma capital Zaragoza. Portugueses libres , cantad himnos de gratitud á vuestros hermanos los valientes Españoles , y á vuestros aliados los generosos Ingleses, porque con ellos y por ellos rendido fue el excomulgador Ja- (5) not (0 y to^° su exército , que ocupaba vuestro hermoso Reyno. También te felicito Provincia mia muy amada: yo te saludo con todo el entusiasmo de mi cora- zón regocijado. Gózaos, pueblos valientes, por vues- tra fidelidad, por vuestro valor, y por vuestras re- petidas victorias. Tan recomendables por vuestra industria , como temibles por vuestro heroísmo, siempre os harán justicia los apreciadores del ver- dadero valor. Detalles de las batallas de Austerlitz , Jena y Marengo, desapareced para siempre de nuestra vis- ta , y ocupen vuestro lugar los ataques de Manre- sa, Gerona , Rosas , Hostalrich y Ampurdan. REFLEXION PRIMERA. M anresanos : vuestra es la gloria de haber sido los primeros que vencisteis á los que se creían invencibles. Quando el intrépido Valenciano , el Cántabro forzudo, el animoso Extremeño, el Cas- tellano fiel , el valiente Andaluz , y el Aragonés constante , se disponen para rechazar al enemigo común que intenta oprimirles , vosotros rodeados por todas partes de los mismos enemigos , destro- záis sus imperiales águilas, su decantada caballería, y son completamente por vosotros vencidos. Si al Pueblo Valenciano le distinguirá la gloria de haber enarbolado el primero el Estandarte de (i) Junot para obligar á los Portugueses á que siguiesen su partido, tuvo la debilidad de excomulgar á los que no lo hi- cieran.(*) subordinación al idolatrado Fernando Séptimo, ¿ se- rá inferior la que resulta al Principado de Catalu- ña , y con especialidad al Pueblo Manresano, por haber sido el primero que batió completamente á los enemigos del mismo Fernando ? Si al animoso Hernán Cortés se debe el descubrimiento de las Américas , desconocidas de las naciones Europeas, ¿ no se debe á los Manresanos el descubrimiento del arte desconocido de las mismas naciones , de vencer á los esforzados Coraceros , á los Vélites, y á otros combatientes siempre vencedores, y nunca vencidos ? Manresa : tu nombre que será humillante para aquellos guerreros ponderados, que llegaban, veían y 'vencían , es pronunciado con admiración y pla- cer de todo buen Español , y ocupará un lugar muy distinguido en los fastos de nuestra historia. La capital del Principado, la respetable y des- graciada Barcelona , se mira cautiva : su numerosa población sin medios con que poderse libertar de sus opresores , y sin poder presentarse con las ar- mas en las manos baxo el verdadero carácter de guerreros para repeler la fuerza introducida en sus fortalezas , y aun en la de San Fernando de Fi- gueras , con el pérfido disfraz de la amistad: estas circunstancias presentaban la perspectiva menos li- songera , y eran bastantes á contener las Ciudades subalternas , exhaustas de medios , y sin recursos con que poder oponerse á las disposiciones coacti- vas de Duhesme , cuyo sistema era el terror y la opresión. Pero quando los enemigos orgullosos se deleytaban con el negro placer de creerlo todo su- jeto á su despotismo , vimos á este heroico Prin- (7) cipado levantar su frente indomable , haciéndose digno objeto de la atención de todos los Españo- les , y aun de toda la Europa , admirándole como el último esfuerzo del valor y del mas acendrado patriotismo. Sí : Manresa abre la campaña en el Bruch memorable. Aquí, es donde por la vez pri- mera se ven batidos aquellos exércitos temidos que llevaron el terror y la desolación hasta en los pan- tanosos países del norte: aquí, el brazo robusto y vengador del Catalán animoso hace retroceder á aquellos soldados que contaban el ntímero de sus victorias por el de sus batallas : aquí, los Corace- ros cubiertos de petos y espaldares de acero, y sus cabezas con capacetes de bronce, ó perecen, o hu- yen despavoridos: aquí, se estrella y derriba aque- lla colosal estatua de su decantada táctica militar, á cuyo grado de elevación se creyó equivocada- mente que no habia llegado otra nación de Eu- ropa : aquí en fin , el General Duhesme pierde su artillería , mas de 300 de sus combatientes , y se vé obligado á retroceder para evadirse del furor de un pueblo amante de su Rey y de su libertad. ¿ Y quién derrota al exército francés ? ¿ quién desbarata y destroza la flor de la caballería fran- cesa ? ¿ quién ? oídlo, políticos preocupados : oidlo, naciones todas de la Europa : un pueblo sin Ge- nerales , sin Capitanes aguerridos , sin tropas , sin artillería, y aun sin dirección militar. ¡O victoria! ¡ primera de nuestras victorias ! Td eres el primer paso de la brillante carrera de nuestras militares glorias: tíí la primera piedra que se colocará al edificio que debe erigirse á nuestra libertad na- cional.(8) SEGUNDA. C^orridos y abochornados los restos del éxer- cito trances retrocedieron hasta la capital Barce- lona. Duhesme se enfurece al considerar la inde- corosa fuga á que se ha visto precisado : contem- pla el descalabro que acaba de sufrir su exército aguerrido : concibe quán importante sea á sus ul- teriores proyectos la destrucción de la fábrica de pólvora establecida en aquella Ciudad vencedora: chocan y se confunden estas ideas en su imagina- ción , despechada , y en el furor de su cólera re- suelve y decreta : Segunda expedición contra Man- resa , y sea reducida á cenizas la Ciudad de los in~ surgentes , candidos, y rebeldes. Nuevas tropas escogidas se destinan á esta se- gunda expedición ; se emplean nuevos recursos; se prepara nueva artillería ; y unidas á estas fuerzas la división del General Chabran , que se habia dirigido á Tarragona con destino á Valencia, se presentan segunda vez en el mismo lugar del Bruch. El estruendo de la artillería rompe el ayre ; re- tumba en aquellos montes el espantoso ruido del cañón ; corre la bala ; pero no teme el inexper- to paysano , no se acobarda , impávido se enarde- ce , se inflama , y pelea con tanto valor y denue- do , que el soldado francés retrocede ; un grito de honor en que prorumpe Duhesme furioso , rea- nima el desmayado esfuerzo de sus combatientes; adelantan algunos pasos , pero solo sirven para acercarse mas al plomo matador que disparan ma- nos incansables ; y á las ascuas que les arrojan los (9) üsilcs del Catalán industrioso , inventor de esta dea original : hasta que oprimidos por un fuego ien ordenado y sostenido , se ven obligados á danzar en la retirada sus vidas. Perecen en este ampo de su ignominia , y de nuestro honor y loria, 800 combatientes de Napoleón: de uno de us mas brillantes batallones de infantería, solo 14 ndividuos pueden salvarse ; tínicamente evitan la uerte 2 Coraceros de su espantosa caballería. ¿Los vencedores en las márgenes del Danubio del Vístula, segunda vez vencidos en el Bruch ? Aquel orden tan constante de formación en sus olunas , desordenado en el Bruch ? ¿ Aquella jac- ancia concebida por las repetidas victorias obte- idas en el Rhin , Italia , Holanda , Suiza y Po- nía , humillada y abatida en el Bruch ? Guerreros invencibles , adornad vuestras fren- es con la corona del verde laureL Gloria inmor- al al Pueblo valiente , que venció á los vencedo- es. TERCERA. JCiyl mal éxito de las dos expediciones contra anresa , irrita tanto á Duhesme , que variando 1 rumbo de sus operaciones , intenta vengarse de os descalabros padecidos dirigiendo sus fuerzas ontra otro Pueblo á quien cree ó menos valien- te, ó menos constante ; y acompañado de los Ge- nerales Lechi y Shwarts , sale de Barcelona con el |)úmero de 6 mil hombres entre infantería y caballe- *, un tren de 8 piezas de artillería , dos carros e municiones , otro cubierto , dos puentes y 14 cemilas , y se dirige hacia Gerona. B( io) Corramos un velo tenebroso para no ver lj barbárie, los robos, incendios y profanaciones que estos nuevos Scitas cometieron en la indefensa ciu- dad de Mataro, pueblos de Areñs, Calella y otros, que poco ántes les habían franqueado la mas cris- tiana y noble hospitalidad. Naciones de Europa, estos pueblos os dirán cómo fueron tratados de sus íntimos amigos y aliados. Si por vuestra des- gracia lo sois , no miréis con indiferencia la suer- te que se os prepara. Básteme á mí decir, que no es posible ponderarlo sin estremecimiento de la plu- ma , horror de la memoria, y escándalo de la hu- manidad. Venganza eterna, clama la inocente san- gre de tantas víctimas sacrificadas á su furor é in- humana fiereza. Perdóneseme esta digresión , á que me obligó el amor á mi Patria , víctima de la barbaridad enemiga. Exército que deshonras la misma humanidad, llega á Gerona : sí, llega á Gerona , que ya acos- tumbrada á abatir tu orgullo , no será menos ai líente que Manresa : llega á Gerona , que será co- mo otras veces el campo de tu confusión y de tu ignominia. Ya aparece su vanguardia ; sigue li ufana caballería ; se forman sus batallones aguerri- dos ; rompe su artillería el fuego contra aquella plaza poco menos que indefensa , y quasi des- mantelada ; empieza el ataque en la mañana del 2.0 de Junio , y se continua sin intermisión hasta las dos de la madrugada del 21 , con el mayor encarnizamiento y arrojo. La obscuridad de aque- lla noche hace concebir al enemigo el lisongero proyecto de poder escalar impunemente sus mura- llas , y su atrevimiento le concede el momentánea placer dé verse en ellas, j Noche horrorosa! El es- tallido del cañón , la gritería , todo se confunde y se mezcla , y apenas pueden distinguirse los hijos de Fernando , con los esclavos del tirano. ¡ O Ge- rona .' j nombre terrible para el enemigo J No te- men los Gerundenses en derredor del peligro mas eminente : ó vencer , ó morir , dicen : y embis- tiendo con un nuevo valor al enemigo , que ufa- no se gloriaba ya de su triunfo , cae precipitado en el toso , es derrotado en todas partes , y de- sando aquellos campos circunvecinos cubiertos de cadáveres , se vé precisado á una retirada vergon- zosa y precipitada. ¡ Qué destrozo ! ¿ Gerundenses, vosotros vencedores ? ¡ Qué victoria ! ¿ Trescientos soldados escasos del invicto regimiento de Ultonia, y unos paysanos inexpertos derrotan á un exérci- fo numeroso y aguerrido ? j Qué gloria! ¿ Los que con tan osados pasos y ponderado valor invadie- ron las cortes de Viena en Alemania y de Berlín en Prusia , no pueden ocupar la ciudad de Ge- rona ? ¡ Qué humillación l QUARTA. IR. JOien sabido es el modo de ocupar los Fran- ceses la fortaleza de San Fernando. Este respeta- ble fuerte , este antemural que podría oponer el heroico Principado de Cataluña á las invasiones enemigas , le mira por su desgracia convertido en asilo de un exército opresor ; que en él se com- place con el bárbaro placer de haber arruinado la villa de Figueras por un continuo bombardeo: en el se gloría de inutilizar ó robar las abundantes b 2 a-(12) cosechas de aquellas llanuras al desgraciado labra, dor , que con tantos sudores había regado la tier- ra que se las produxo : en el finalmente se jacta impune del trastorno que ocasiona á los pueblos de sus inmediaciones con continuas correrías, exer- ciendo en ellas la violencia , el saqueo, y la atro- cidad. Salid por fin una división de este exército al mando de su General Reille , con el objeto de apoderarse de la plaza de Rosas. Llega; es intimada la rendición á su Gobernador , y mientras tanto, se intenta sorprehender la plaza, haciendo una mar- cha oculta por una senda ; se advierte su mala te; queda prisionero el Oficial que intima ; rompe la plaza, por orden de su digno Gobernador, el rue- go contra el enemigo atrevido y doloso, que sien- do sorprehendido quando intenta sorprehender, se vé obligado á replegarse, y ponerse á cubierto del vivo fuego que le castiga. Su particular inclina- ción al robo , le incita al saqueo de aquellas casas de campo ; adviértenlo unos 6o paysanos valero- sos reunidos en la plaza de Rosas, que no pudien- do sufrir que aquella gavilla de ladrones se ceba- se por mas tiempo en el pillage de las casas de sus compatriotas , obtenido el correspondiente permi- so , marchan á coronarse de gloria. Sí, Amadores de la verdad, oidla con asombro. Sesenta hombres indisciplinados acometen en un llano á ¿700 infan- tes , y 250 caballos , les desordenan , y obligan á retroceder. ¿ No es esto coronarse de gloria ? Egois- tas., confundios á vista del arrojo de los valientes de Rosas. Y vosotros guerreros esforzados , honor y gloria del suelo catalán , vosotros sois el mas (*3) digno modelo de imitación. Retrocedió el enemi- go á vista de tal ardimiento, y se aumenta su der- rota con el socorro de 570 hombres, capitaneados por el intrépido Claros , que unidos á los pocos que ya vencieron , le persiguen todo aquel dia, y aun el inmediato ; y habiendo dexado en aquellos campos , mas de 500 cadáveres , vuelve á encer- rarse al ignominioso asilo de donde salió. Ponderado valor de los Franceses , ¿ qué te has hecha ? ó no exististe ; ó no eres tal , qual se nos ha dicho ; ó á lo menos eres muy inferior al nuestro. ¡ Los mismos que en los países austríacos se pre- sentaron con rostro inmutable á los tiros de cen- tenares de bocas de cañón , y afirmaron sus pies con entereza sobre sus mismos muertos, y por so- lo el entusiasmo de coronarse de gloria obtuvieron tantas victorias , retroceden en Rosas , acometidos por solo 60 Españoles! ¡Qué ínconseqüencia! ¡Los que ufanos se jactaron de no conocer en sus exér- citos la evolución retrogada , la executan con tan- ta ignominia en los campos de Rosas ! ¿Qué con- tradicción ! QUINTA. 3Sl enemigo , tan astuto como cruel , escar- mentado en todas partes , como hemos visto , co- nociendo quán importante le era ocupar la forta- leza de Hostalrich para tener libre paso , y refor- zar por aquel punto al exército de Barcelona con- siderablemente disminuido por las repetidas pérdi- das que sufrió ; y creyendo por otra parte inííti- les sus armas para conseguirlo , echa mano de04) otras ( pero en vano ) que sabe manejar sin dispu- ta con mas destreza que nosotros (porque no las conocimos) y á las que debe seguramente sus vic- torias , que tan vanamente atribuyó á su decanta- do valor , á su militar pericia , y á su fuerza ir- resistible. Estas fueron la seducción y el engaño: con éstas se presenta el General francés Goullul con su exército , al frente de Hostalrich. No es calumnia: lo prueban evidentemente las dos cartas, llenas de halagüeñas promesas , escritas por este General (2) al dignísimo Gobernador de aquella (2) Carta primera del General francés. Campo de Hos- talrich 20. de Julio de 1808. = El General que manda la Van- f;uardia delante Hostalrich. = Al Señor Gobernador del Casti- lo. = La resistencia que vos sigáis oponiendo , no puede acar- rear mas que desastres incalculables sobre los vecinos y gentes que os ayudan. Si tenéis humanidad, si queréis evitar la efu- sión de sangre , rendid á las armas del Rey de España el Cas- tillo de Hostalrich : que yo prometo trataros con todas las atenciones que podéis esperar de un militar magnánimo. Os hago esta proposición , porque vuestros Soldados me han avi- sado deseabais abocaros conmigo. Si son estas vuestras inten- ciones , os ruego me las declaréis, asegurándoos, que inter- pondré mis buenos oficios para todo lo que pueda serviros de satisfacción. Tengo el honor de saludaros con la mayor con- sideración, rs Goullul. Carta segunda. Quartel general de Hostalrich 21.de Julio de 1808. =iíl General Goullul, Comandante de la Legión de Honor y dé'la Vanguardia del exército de los Pirineos orien- tales, sé Á\ Señor Gobernador del Castillo de Hostalrich. = Se- ñor Gobernador. = 'Vuestro Castillo está bloqueado : todas vuestras avenidas coí^das ; vos no tenéis esperanzas de ser so- corrido. Yo os intimo , rindáis la fortaleza que mandáis, á las armas de su Magestad el Rey de España; prometo trataros con generosidad, concediendo á vos y á los que están baxo vues- tras órdenes , la vida, y la vuelta á sus hogares. Si la humani- C'5> plaza Don Daniel O-Sulivan. Pero este ilustre miembro del honrado Cuerpo de Ultonia , mili- tar valiente , conociendo la vileza de estos re- cursos , los desprecia con una firmeza digna de imitación. Sea el mas eloq tiente elogio de este in- corruptible Gefe, su misma respuesta. (3) lista ir- dad puede algo con vos, evitareis el derramamiento de sangre, y aprovechareis esta buena ocasión para tener derecho á los buenos oficios que se interpondrán en vuestro favor. Espero pronta respuesta. Tengo el honor de saludaros con particular consideración. = Gouílul. (3) Respuesta d,l Gobernador. Plaza fuerte de Hostalrich Zt. de Julio de 1808. = Muy Señor mió: Empezaré por la úl- tima frase de su carta para decirle, que es muy cierto que de- searía verme con V. de hombre á hombre, y ojala que de es- ta manera se evitara el derramamiento de sangre, que es indis- pensable haya entre las dos Naciones, hasta ver restituido al Trono á nuestro amado Fernando VIL por quien sabremos perder hasta la última gota de sangre para conseguirlo. Soy militar desde la cuna , y Capitán del Regimiento de Ultonia; y por consiguiente lo debo ser de la obediencia: y esta forta- leza no se entrega ni se entregará hasta perder la última gota de sangre de quantos la guarnecen ; pues yo soy el mas infe- rior en valor, y sabré hacer este pequeño sacrificio , y solo deseo el instante de verme atacado por sus Tropas ; las mias también lo desean , aunque éstas y yo quisiéramos mas que las mandara el negociante Lechi. Paso en silencio, si debia yo admitir ó no, un Soldado parlamentario, pues mi carácter no ha sido jamás republicano, ni ha conocido la igualdad militar::r Mi guarnición es muy pequeña, pero animosa (como ya lo> sabrá) hasta tanto extremo , que me han suplicado no permita salir al parlamentario , según la costumbre que se ha observa- do en los demás parages ; por lo que este- queda aquí, siendo yo responsable de la seguridad y tranquilidad que correspon- de á quien se ve tan honrado en la plaza de Soldado. Mande «. y diiimule que no le escriba de mi puño; pues un desay- re como el que V- me ha hecho , me hace exento de la poli—(i6) rita al General á quien se dirige , é intenta apo- derarse de la plaza á toda costa ; pero sus esfuer- zos le salen fallidos , y solo consigue conocer con su propio descalabro , que no se rinde con facili- dad una plaza , quando ésta se defiende como de- be defenderse ; así que , quando iba el enemigo ufano en pos de la victoria , y tan confiado que creía tenerla entre sus manos , se sorprehende , se admira y se turba , con el estrago que le causan las descargas á metralla y bala rasa , que desde aquel baluarte del honor se le dirigen con acierto y sin intermisión por uno de los mas diestros ar- tilleros de nuestro exército; y la caballería que en otras ocasiones reanima un exército desalentado, se espanta , se desordena , desaparece : y aunque el General intenta reunir sus tropas, y emprender nuevo ataque, solo sirve para que se retire mas es- carmentado , lleno de confusión, y vencido, quan- do se creía vencedor , como sucedió en Manresa, Gerona , y Rosas. Franceses : ¿ vencedores en Veimar y en Var- tica que siempre ha acostumbrado tener Don Daniel O-Suli- van. = A Monsieur Goullul. P. D. Acabo de saber en este instante que se ha pegado fuego á un pajar de Hostalrich, si esto se verifica con una so- la casa, yo mismo lo arrasaré , y sus propios habitantes me darán las gracias. Al buen entendedor pocas palabras. P. D. ííscrita esta, he recibido una su segunda, cuyo con- tenido ya me incomoda : ataque V. como lo deseo , y no sea V. mas importuno con quien es mas Oficial que V. Esa guerra es de tal consideración , que no merecen otra contesta- ción sus escritos , ni menos sus importunidades. Yo no quiero quartel ni nunca lo he querido; y no me vuelva á incomodar m;is con sus escritos, solo sí con sus armas.. spvia , derrotados en Hostalrich ? ¡ Qué novedad ! Los que con asombro de la Europa se apoderaron de la inexpugnable plaza de Ulma , y de su guar- nición numerosa que contaba 30 mil hombres, ¿no pueden conquistar la plaza de Hostalrich , defen- dida por unos centenares de Españoles , la mayor parte paysanos ? ¡ Qué afrenta ! Allá vencedores de millares de guerreros , ¿ aquí no pueden vencer á un puñado de hombres ? ¡ Qué ignominia ! ¿ Y á qué puede atribuirse tan notable diferencia ?...... Decidid la qüestion Estadistas preocupados de la Europa , que yo voy á finalizar mis reflexiones. SEXTA. ]82l tirano Napoleón , á quien no interesa la humanidad ; ni alteran los clamores de los pueblos oprimidos; ni oprimen los remordimientos mismos de todos sus delitos ; con una diabólica tranquili- dad traza los planes para la conquista de Catalu- ña , y los entrega á uno de sus satélites , el Ede- cán del Príncipe de Neufchatel: marcha este Emi- sario acompañado del Príncipe de Salmkilbourg, y 16 de los principales Personages ; atraviesan todos la Francia, y van á realizar los proyectos del dés- pota ; pero. ¡ qué prodigio ! al entrar en Cataluña quedan frustrados sus funestos designios. Sí : se aprisiona á unos , se mata á otros , y es dispersa- da la guardia que les acompañaba. Como si no fuera bastante gloria para los Am- purdaneses haberse animosamente batido 500 de st» valientes hijos , con 1800 infantes y 300 caba- os de aquellas tropas tan formidables en nuestrosdias , y que inspiraron un terror pánico á tantas naciones ; como si no fuera heroísmo el haberlas completamente bari